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Lecciones del Juego 3: Poder y determinación

Hay una estadística con la cual podríamos definir el éxito de los Leñadores de Las Tunas desde que se convirtieron en contendientes de postemporada: han sido el equipo (calificado con al menos 50 juegos en playoffs) que ha registrado el mayor porcentaje de victorias cuando anotan al menos cinco carreras.   La diferencia del 6% sobre Santiago de Cuba es la mayor de cualquier equipo en el Top-5 antes de esta postemporada:   Las Tunas: 33-18, 65% Santiago de Cuba: 97-70, 59% Pinar del Río: 89-67, 58% Industriales: 98-81, 55% Villa Clara: 86-84, 51% En estos playoffs, los Leñadores tienen marca de 9-0 siempre que han anotado al menos cinco carreras en un juego. En los cuatro partidos que han perdido, anotaron tres o menos carreras. Así que la tendencia se ha repetido una y otra vez. El viernes por la noche vimos otro de esos juegos clásicos de los Leñadores: comenzaron anotando tres carreras en la primera entrada, asfixiando rápidamente al veterano diestro de los Vegueros, Vladimir Baños.   Pinar del Río no ha podido cambiar esa tendencia.  El rally de tres carreras en la primera entrada pudo haber bastado para que Las Tunas ganara el Juego 3 de la Gran Final, donde terminaron venciendo por 5-2 a los Vegueros de Pinar del Río. Con la serie 3-0, el anticipado final parece inevitable por muchas razones: Los Leñadores de Las Tunas han ganado 14 de sus últimos 15 juegos en el estadio Julio Antonio Mella, y tendrán la oportunidad de coronarse campeones por primera vez jugando en casa.   La victoria del Juego 3 también fue histórica para los actuales campeones nacionales, quienes igualaron a Industriales con el récord de nueve victorias consecutivas en Finales. Todas esas estadísticas arrolladoras nos muestran señales sobre el indiscutible dominio de los Leñadores, que han neutralizado completamente a los Vegueros de Pinar del Río. En 28 entradas durante los tres juegos de esta Gran Final, Las Tunas ha estado delante en el marcador en el 50% (29). ¿Pinar del Río? Aún no ha podido abrir delante en el marcador. La sexta entrada del Juego 2 fue la única en que los Vegueros lograron tener ventaja (por 3-2), cuando Mario Sánchez anotó por un error en tiro a tercera del cátcher Yosvany Alarcón. Los Vegueros han estado delante en el marcador durante sólo el 3.6% (1) de los 28 innings que se han jugado en esta Final.   En el béisbol todo el tiempo las estadísticas nos muestran puntos fuertes y débiles de los equipos. Pero independientemente de ello, lo más importante para todos es fabricar y no permitir carreras. El objetivo es ganar juegos de béisbol, sobre todo en el escenario de la postemporada. Y, obviamente, la mayoría de las victorias no llegan por remontadas.   Para poder sobrevivir y aún aspirar a la corona, los Vegueros no tienen otra opción que ganar los juegos restantes.   Luego de abrir con desventaja por 3-0 (como sucedió en el Juego 1), del segundo inning al noveno cada equipo anotó dos carreras. Así que el rally de tres anotaciones en el primer inning marcó el destino final del Juego 3. Por segunda ocasión en tres partidos los Leñadores aprovecharon la ineficiente salida de los abridores de Pinar del Río. Sucedió en el Juego 1 cuando batearon de 6-5 contra el diestro Mario Valle, aunque el error del cátcher Yasiel Agete extendió una primera entrada que habría terminado sin carreras. El zurdo Branlis Rodríguez registró una salida de calidad en el Juego 2. Pero, como vimos durante la primera entrada del Juego 3, los Leñadores devoraron a Baños en solo 12 pitcheos.   Sencillo de Yuniesky Larduet, doble de Roberto Súlivan Baldoquín y un rodado al short de Yosvany Alarcón remolcó la primera carrera. Yordanis Alarcón empujó la segunda anotación con rodado a tercera, y Héctor Castillo completó el rally cuando obtuvo un boleto contra el relevista zurdo Randy Román Martínez.   Pinar del Río no pudo anotar en las primeras cinco entradas contra el diestro Alejandro Meneses, quien volvió a dominar bajo la presión de los playoffs. Probablemente te sorprendas cuando leas esto: Meneses sigue siendo uno de los lanzadores más dominantes en la historia de la postemporada. ¿En la historia? ¡Sí! No sé si también te sucede, pero cuando pienso en Meneses, visualizo todo el arsenal de pitcheos fuera de velocidad que utiliza.   Creo que ha aprendido el famoso arte del que tanto hablan los lanzadores cuando pierden la fortaleza de su bola rápida. El comando se convierte en la principal arma de la mezcla. Y eso es todo lo que ha hecho de Meneses un lanzador diferente, dominante. Es capaz de ponchar a los bateadores con changeups a diferentes velocidades, y pitcheos rompientes que se escabullen en las esquinas de la zona de strike. Esa ha sido su filosofía y, aunque parezca increíble, actualmente es el tercer lanzador que menos promedio de bateo ha permitido de sus oponentes en postemporada:   Lanzadores con al menos 50 entradas lanzadas en playoffs Rogelio García, .191 Alien Mora, .201 Alejandro Meneses, .202 Raúl Valdés, .211 Jorge Pérez, .213 Meneses permitió cuatro hits sencillos, ponchó a tres oponentes y no lanzó boletos. Ahora su efectividad histórica en postemporada es de 2.31, y se ubica en el segundo lugar entre lanzadores con al menos 50 innings.   Solo dos corredores llevaron hasta posición anotadora, pero ninguno anotó. A los Vegueros se les escaparon tres oportunidades claves en el juego. En cada una de ellas, la situación fue ideal—aunque con dos outs—, pero en todas resultó dominado Alexei Ramírez: Parte alta del tercer inning: Juan Carlos Arencibia se robó segunda con dos outs, y luego Alexei Ramírez conectó un elevado out a primera.   Parte alta del quinto inning: Arencibia pegó sencillo a lo corto del left-center, y Rolando Martínez llegó hasta tercera. Alexei Ramírez fue el tercer out del inning con un elevado out al torpedero Roberto Súlivan Baldoquín, quien capturó la pelota en lo corto del left field.   Parte alta del octavo inning:  Después de irse de 2-0 contra Meneses, Alexei pegó un rodado out al short con corredor en segunda y dos fuera.   Como puedes apreciar, todas las apariciones al plato de Alexei Ramírez con corredores en posición anotadora fueron después de dos outs. Al final, el efecto de cada out para cerrar inning evitó que Wilian Saavedra bateara con corredores en bases—aunque, hasta esa quinta entrada, había bateado de 9-0 en la Final.   Sin dudas, el bateo en situaciones claves continúa siendo una de las principales averías que no ha podido resolver la ofensiva de Pinar del Río. Los Vegueros han bateado de 25-2 con corredores en posición anotadora. Saavedra abrió el sexto inning con su esperado jonrón número 27 en playoffs, que igualó la marca histórica de otro pinareño, Omar Linares. Saavedra logró la hazaña en 390 apariciones al plato, 40 menos que las 430 registradas por Linares, quien impuso el récord hace 24 años. Aunque parecía una marca prácticamente imposible de romper, Saavedra tiene la posibilidad de convertirse en el mayor jonronero en playoffs del béisbol cubano, pero confesó que no se sentía satisfecho con su pobre contribución ofensiva al equipo. Tal vez la ansiedad ayudó a que se prolongara el slump de Saavedra, quien ha visto elevarse al 6.5% su tasa de swing y fallos durante esta Final.   Tras el agónico primer inning, el bullpen de los Vegueros resistió con actuaciones dominantes, limitando de 11-0 con cinco ponches a los bateadores del sexto al noveno turno en el lineup tunero. El novato zurdo Randy Román Martínez tiró 4 ⅔ innings y, aunque admitió dos carreras, ponchó a seis oponentes. Yancarlos García lanzó en el séptimo y octavo innings sin permitir carreras.   El leadoff de los Leñadores, Yuniesky Larduet, anotó tres de las cinco carreras del equipo. Su velocidad fue un factor clave, combinado con una noche casi perfecta de Roberto Súlivan Baldoquín, quien bateó de 5-4 con par de dobles y una remolcada.   Los Leñadores dejaron a 12 corredores en bases durante el Juego 3. Se fueron de 16-1 con hombres en posición anotadora, pero exhibieron un ritmo de juego mucho más agresivo que los Vegueros. De cualquiera manera, las cinco carreras de los Leñadores fueron suficientes. La defensa tuvo un solo desliz, y los lanzadores volvieron a ser efectivos.   Todo parecía cuestión de tiempo. Bueno, hasta que Alberto Pablo Civil buscaba el out 27 y tuvo que utilizar 16 pitcheos durante 12 minutos para ponchar a Juan Carlos Arencibia, quien conectó 10 fouls después de caer en cuenta de dos strikes.   La energía de Arencibia es uno de los potenciales que ha necesitado Pinar del Río en esta final, pero ya es demasiado tarde para enfocarse en el pasado. Los Leñadores, actuales campeones nacionales, están a una victoria de revalidar el título. Y, como esperaba su fiel afición, han demostrado el poder y la determinación de un equipo que ha sido prácticamente invencible en casa.   Los Vegueros fueron los líderes de la temporada regular, pero ahora no tienen otra opción que ganar.

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