Tradición en el diamante
Los chiflidos y la algarabía de la fanaticada de los Industriales resonaron en el Coloso del Cerro cuando el umpire Javier Rodríguez decretó a toda voz el out en primera. Con un movimiento voraz, típico de los lanzadores zurdos para asechar a su oponente en la inicial, el relampagueante tiro de Francisley Bueno al mascotín del primera base Antonio Scull sorprendió al corredor. Marcado con el número 12 en su uniforme, el joven pelotero regresó frustrado al dugout tras su desliz. Para Villa Clara, las esperanzas de fabricar carrera se esfumaron tras caer el segundo out durante el inicio de la tercera entrada. En aquella tarde invernal del 23 de noviembre de 2003, el típico juego dominical reavivaba otro capítulo del desafío clásico entre Industriales (azules) y Villa Clara (naranjas). Se jugaba la jornada inaugural de la 43 Serie Nacional del béisbol cubano. Poco más de seis meses después de la barrida por 4-0 que Industriales le propinó a Villa Clara en la Final de la 42 Serie Nacional, los “naranjas” al mando de Víctor Mesa buscaban desquite ante los Leones del manager campeón Rey Vicente Anglada. En la apertura del tercer inning, el joven novato que había sido sorprendido intentando avanzar desde el primer cojín, era Orlando Acebey Gutiérrez, hijo del experimentado antesalista de Villa Clara, Rafael Orlando Acebey. Cuando se hizo oficial el line up en aquel partido inaugural de 2003, los Acebey abrieron un capítulo sin precedentes en la historia del béisbol cubano: fueron la primera pareja de padre e hijo en jugar un mismo partido.* *Rafael Orlando alineó de séptimo bate y tercera base, la posición donde hizo historia por más de dos décadas con equipos de Villa Clara, mientras Orlando (abrió en segunda base) cerraba la tanda villaclareña, colocado en el noveno turno. Con apenas 19 años, Acebey Jr. debutaba en las Series Nacionales jugando en el mismo diamante de béisbol junto a su padre, quien participaba en su vigésima primera temporada, la última de su carrera. Como era de esperar, la presión fue incontenible para Acebey Jr., aun cuando saboreó el éxito tras conectar un sencillo de rolling al center field en su primera aparición al plato. “Estaba muy nervioso e incómodo”, confesó Acebey a la Agencia de Información Nacional (AIN) tras su debut con Villa Clara en Series Nacionales. Era mi primera actuación junto a mi papá, mi primera serie y, además, en el Latinoamericano. Tras la voz de play ball, la primera prueba de fuego no tardó en presentarse. Enrique Díaz, leadoff de los Industriales, conectó un rodado a segunda, y Acebey se encargó de realizar la asistencia defensiva para sacar el primer out. Seguidamente, Rudy Reyes golpeó un pitcheo del zurdo Zaidel Beltrán y dejó caer un elevado en lo corto del right field. Luego, con Bárbaro Cañizares al bate, el cátcher Yulexis La Rosa cogió robando en segunda a Rudy—su certero tiro fue recibido por Acebey Jr—. Pero ahí no terminó la historia del primer inning: Antonio Scull también roleteó por segunda, así que Acebey terminó participando a la defensiva en los tres outs de la primera entrada. En cambio, al capítulo siguiente, la presión hizo de las suyas: Yasser Gómez conectó un bounce aparentemente fildeable, y Acebey Jr. pifió. Como era de esperar, jugando en el estadio Latinoamericano contra los Azules de la Capital, parte de la fanaticada reaccionó sin compasiones y se escucharon chiflidos tras el error. Desde la antesala, Acebey Sr. se acercó al centro del diamante y apoyó a su hijo, exigiéndole más concentración. “Mi papá y el psicólogo hablaron conmigo y recobré la tranquilidad”, recordó Acebey Jr. Desde aquel histórico partido que marcó el inicio de la tradición padre e hijo jugando juntos en Series Nacionales, las palabras que inspiraron la carrera de Acebey padre fueron inolvidables: “ama la pelota con todo tu corazón, cada jugada que realices tiene que llevar ese sentimiento; si no es así, no llegarás lejos, pues la pelota te cobra, a la larga o a la corta, la falta de amor”. La tradición en el diamante continúa Tras la admirable historia de superación de los Acebey, difícilmente otra pareja de padre e hijo logren combinarse para 36 Series Nacionales, 2,733 juegos jugados y 9,677 apariciones al plato: Rafael Orlando Acebey Sr. (1981-2004): 21 temporadas, 1,724 juegos jugados, 6,381 apariciones al plato y una línea ofensiva de .285/.332/.415/.748, con 138 jonrones, 772 remolcadas, y 99 bases robadas. Orlando Acebey Jr. (2003-2020): 15 temporadas, 1,009 juegos jugados, 2,727 apariciones al plato y una línea ofensiva de .295/.357/.379/.736, con 30 jonrones, 343 remolcadas, y 36 bases robadas. Sin embargo, la tradición en el diamante no se ha perdido. Lo que parecía una historia prácticamente imposible de igualar, se repitió 19 años después, cuando Yoelkis Cruz Sr. (42 años) y Yoelkis Cruz Jr. (21 años) lanzaron para los Leñadores de Las Tunas en la 61 Serie Nacional. El sábado 7 de mayo de 2022 fue el día para el recuerdo de los Cruz. Yoelkis padre tiró cinco entradas, admitió una carrera y ponchó a dos bateadores de Ciego de Ávila. Los Leñadores ganaban por 10-1, y el manager Pablo Civil utilizó a Yoelkis Jr. para relevar a su padre. Cruz Jr. subió al montículo de casa en el estadio Julio Antonio Mella, pero su experiencia no fue del todo halagüeña: permitió par de hits contra tres oponentes (incluido un doble remolcador de Yuddiel González), entregó tres boletos y tiró dos wild pitchs. La historia más reciente de padres e hijos que han jugado un mismo partido de Serie Nacional trascendió este sábado durante el match entre Holguín vs Isla de la Juventud en el estadio Calixto García. Como se esperaba desde que se anunciaron los rosters de los equipos para esta 63 Serie Nacional, era latente la posibilidad de ver jugar a Yordan Manduley Sr. con su hijo de 16 años,* Yordan Manduley Jr. *Como nota curiosa: Manduley Jr. jugó vistiendo el uniforme con el número 43, uno más que el tradicional dorsal 42 usado por su padre. Así pues, entre los principales titulares tras el éxito por 10-1 de los Cachorros—su primero como visitantes luego de abrir con marca negativa de 0-8—, fue noticia el debut de Manduley Jr. junto a su padre. Manduley Jr. entró al juego como reemplazo defensivo para jugar segunda base en el final del octavo inning. Tras el cambio, su papá pasó a defender en el campo corto. En el inicio del noveno, ambos pasaron por la caja de bateo: Manduley Jr. abrió el noveno con una línea out al guante del lanzador Lázaro Guerrero. Y, luego, después de dos outs, Manduley Sr., terminó la tarde de 6-2 con un elevado out al left field. El béisbol no se detiene: pasaron 18 años, 6 meses y 14 días para ver a la segunda dupla de padre e hijo en un mismo juego de Serie Nacional. De la segunda a la tercera, trascurrió solo un año, 11 meses y 30 días. La cuarta podría sorprendernos tan pronto como la siguiente semana, si debuta Yors Alarcón, hijo de Yordanis Alarcón, el veterano antesalista de los Leñadores de Las Tunas. Han cambiado los tiempos constantemente en el béisbol cubano, pero la tradición dentro del diamante continúa. (Los Manduley, padre e hijo/ISK_FERDEZ0719)
Han cambiado los tiempos constantemente en el béisbol cubano, pero la tradición dentro del diamante no se detiene.