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Hace menos de un mes, escribí sobre las situaciones que estaban generando la preocupante caída en espiral de los Cocodrilos de Matanzas.
Había muchas preocupaciones alrededor del pitcheo de los Cocodrilos. El inconsistente ritmo en la rotación de abridores y las habituales averías del bullpen se unieron a la improductividad ofensiva. Estas fueron mis últimas palabras en aquella pieza del pasado 24 de abril, cuando abrimos la columna de El Leadoff:
“Definitivamente las últimas noticias no han sido buenas para los Cocodrilos de Matanzas, pero sigo pensando que tienen potencial suficiente para encontrar su ritmo y superar esta activa racha de cinco derrotas consecutivas. Por supuesto, la situación del pitcheo sigue siendo el punto de inflexión más preocupante. La segunda mitad de la temporada ya está aquí. Así que las respuestas tendrán que llegar más pronto que tarde.”
Bueno, felizmente para los fanáticos de los Cocodrilos, las respuestas están llegando a tiempo: Matanzas tiene marca de 8-2 en sus últimos 10 juegos. Después de jugar para marca de 12-13 en el primer tercio de la campaña, registraron 15-10 en su segundo. Han ganado seis partidos de forma consecutiva, tres de ellos entre martes y jueves contra los Leñadores de Las Tunas, el tercer lugar de la tabla de posiciones.
Este ha sido el mejor momento de los Cocodrilos durante lo que va de esta 63 Serie Nacional del béisbol cubano. Matanzas está de regreso entre los contendientes de postemporada y, tras barrer a Las Tunas con 36 carreras en tres juegos, el despertar ofensivo parece estar llegando en el momento ideal. Aun así, los Cocodrilos necesitarán más dominio de su pitcheo y consistencia de la defensa.
Revisemos las claves que podrían marcar el despegue definitivo de los Cocodrilos como contendientes de playoff, y cuáles siguen siendo las preguntas más apremiantes:
El contacto y la velocidad están marcando el breakout ofensivo
No han dependido todo el tiempo del poder. La ofensiva está en un punto de calor que ha producido 94 carreras durante los últimos 10 juegos. En ese lapso, el cátcher Andrys Pérez ha regresado al lineup con tres jonrones y 14 remolcadas. ¿Recuerdas al antesalista Luis Sánchez, que había producido solo 14 OPS+ en sus primeras 91 apariciones al plato? Sánchez ha bateado para una sólida línea de .450/.521/.500 (1.021 OPS), con ocho remolcadas en sus últimos 10 juegos.
Sánchez ha respaldado a los mejores bateadores del lineup de los Cocodrilos promediando .389 con corredores en posición anotadora durante el reciente lapso que mencionamos. Ese es un average bien explosivo, pero ahora escucha esto: Eduardo Blanco ha remolcado a 11 de los últimos 18 corredores que ha encontrado en posición de anotar. Esa frecuencia nos conduce a un impensado promedio de .611.
Blanco registra 10 carreras anotadas y 14 remolcadas en sus últimos 10 juegos, produciendo línea ofensiva de .531/.583/.781 y 1.364 OPS en 36 apariciones al plato. Sí, ¡parecen números de videojuegos!
Volveremos con Blanco en un momento, porque creo que junto a José Amaury Noroña han sido los jugadores más valiosos de los Cocodrilos en esta temporada. Siguiendo con las notas extravagantes de los bateadores de Matanzas que están en racha, aparece Aníbal Media, quien está promediando .424 OBP y no se ha ponchado en sus últimas 33 apariciones al plato.
El a veces subvalorado Yariel Duque (1.079 OPS) es el tercer bateador de los Cocodrilos con al menos 10 remolcadas y 15 hits en los últimos 10 juegos. Esa ha sido una gran recuperación ofensiva de los principales bateadores de Matanzas, pero el punto que quería resaltar aquí es cómo han desplegado la velocidad a la ofensiva: los Cocodrilos han robado nueve bases en 12 intentos con solo tres corredores. José Amaury Noroña ha robado tres en cuatro intentos, José de Jesús Prens va de 2-2, y Yoisnel Camejo de 4-1.
Volviendo al dúo Blanco-Noroña, es justo resaltar que se han convertido en el corazón ofensivo de estos Cocodrilos. La combinación de poder y velocidad de Noroña (ha conectado 11 jonrones y registra 14 bases robadas en 15 intentos) no ha tenido comparación en esta temporada. Por su parte, Blanco está de regreso con otro gran año: lidera el equipo con 57 carreras impulsadas y ha bateado 10 jonrones. Su velocidad sigue siendo clave, al igual que la defensa en el center field,* aunque su factor de rango ha sufrido una ligera regresión razonable a los 37 años.
*Tras pertenecer a la élite defensiva por varios años, gracias a la potencia de su brazo y la habilidad para capturar elevados al outfield, Blanco ha caído al onceno lugar con 2.48 Factor de Rango entre 15 center fielders calificados. El promedio de la liga es de 2.65 RF, así que ha registrado 93.5 RF+. El líder de los center fielders es el capitalino que juega con Mayabeque, Yoasán Guillén, quien acumula 135 RF+.
El lineup de los Cocodrilos usualmente depende más del poder que la velocidad, pero el manager Armando Ferrer ha aprovechado sus múltiples opciones en el lineup. Matanzas colocó un promedio de 21 corredores en posición anotadora durante sus primeros tres juegos de esta semana contra los lanzadores de los Leñadores de Las Tunas. Cuatro de ellos fueron por robos de bases, nueve por sencillos y dos por caminatas.
La disciplina en el plato fue un factor determinante, sobre todo en la selección de lanzamientos. Y, como también hemos analizado aquí, la velocidad en las bases maximizó el ataque ofensivo. Para los últimos 25 juegos de la temporada, los Cocodrilos necesitarán que la ofensiva se mantenga produciendo carreras a un alto ritmo.
El nuevo ajuste defensivo ha encontrado soluciones alentadoras
Otro punto clave ha sido la defensa. Ante la ausencia del torpedero titular Erisbel Arruebarena, su habitual sustituto Moisés Esquerré (estuvo como líder de los bateadores con promedio de .439) y Yadil Mujica, Ferrer buscó opciones. La entrada del torpedero Adrián Pérez ha mantenido el equilibrio defensivo en el infield de los Cocodrilos. Pérez, de 22 años, ha cometido un error en sus últimos 10 juegos, y tiene participación en seis de los 10 doble plays registrados por Matanzas.
La defensiva de los Cocodrilos ha mejorado en comparación con el lapso del segundo tercio cuando dejó de jugar Arruebarena, pero los 12 errores que cometieron en los últimos 10 juegos les costaron 13 carreras.
¿Por qué el cuerpo de abridores seguirá siendo el punto de impulso del pitcheo?
Con el regreso del diestro Renner Rivero los Cocodrilos esperan fortalecer su rotación de abridores, pero el reto aún parece complicado. Después de protagonizar su mejor temporada el año pasado, el zurdo Denis Quesada ha registrado solo tres salidas de calidad en 11 aperturas y lanza para 6.45 ERA. Quesada ha permitido 10 jonrones en 53 innings y .948 OPS (como abridor) contra 243 oponentes. El resto de la rotación de abridores se ha combinado solo para tres salidas de calidad en 39 aperturas.
Las actuaciones deficientes de los abridores de Matanzas han provocado el desgaste prácticamente diario de los relevistas, quienes registran el 52.1% de los innings del equipo en esta temporada regular. Sin embargo, ese ha sido solo uno de los puntos de inflexión en la debacle de la rotación de Matanzas. Lo más preocupante va siendo la regresión en el dominio de los lanzadores durante las principales situaciones de juego.
Analicemos las averías más notables de la rotación abridora y el bullpen:
Situación de juego con amplia ventaja: cuando los Cocodrilos están ganando con ventaja de cinco o más carreras.
—Los lanzadores han registrado la segunda tasa más alta de bases por bolas con 16.8%.
—Han permitido la tercera tasa de jonrones más alta con 3.5%.
—Los oponentes les han promediado el tercer slugging más alto con .549.
Situación de juego bajo presión: cuando los Cocodrilos están lanzando con el juego empatado, o tienen de una a tres carreras de ventaja en el marcador.
—Han permitido el cuarto promedio de bateo más alto con .300.
—Los oponentes les promedian .392 OBP, el cuarto más alto de la liga.
—El 18.5% de los corredores les anotaron desde segunda base, la tercera efectividad de carreras permitidas más alta de la liga.
¿Qué lectura deberíamos hacer de todo esto?
Creo que parece absolutamente obvio: el gran reto de los lanzadores de los Cocodrilos ha sido el poco dominio en situaciones de clutch. Como muestran las estadísticas, no han sido consistentes bajo presión, pero tampoco cuando la ofensiva ha proporcionado ventajas aparentemente decisivas.
Entonces, como corroboramos aquí: la primera clave que necesitan los Cocodrilos sigue siendo el dominio y la durabilidad de sus lanzadores abridores. Sabemos que dar un giro positivo será bastante difícil sin sus principales figuras. Ese nivel de expectativas ha provocado que las probabilidades de victorias recaigan en el impacto de la combinación ofensiva-defensa de los Cocodrilos.
¿Esa fórmula será suficiente para permanecer en la élite? Los Cocodrilos tienen un tercio (25 juegos) de temporada regular por delante para ajustarse de cara a los playoffs.
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