El leadoff: Los pequeños detalles que conducen al éxito
- Yirsandy Rodríguez Hernández
- hace 18 horas
- 9 Min. de lectura
Ventaja de 2-0 en la Final de 2012.
Ventaja de 3-0 en la Semifinal de 2016.
Ventaja de 3-0 en esta Semifinal de la III Liga Élite del Béisbol Cubano. En dos veces anteriores la historia no cambió: los Tigres de Ciego de Ávila ganaron la serie y nunca perdieron más de un juego. En 2012, ganaron su primer campeonato con el walk off de Ricardo Bordón en el Juego 5. Cuatro años después, en 2016, esa misma generación de jugadores de los Tigres dirigidos por Roger Machado barrió serie 4-0 contra Industriales.
Ciego de Ávila logró par de éxitos en casa, por nocaut 14-4 y blanqueada de 8-0. Luego llegó el inolvidable Juego 3 en el estadio Latinoamericano. Y digo inolvidable no solo para los fanáticos de los Tigres, sino también para todos los que vimos la derrota sin precedentes de los Leones. El juego comenzó con un duelo entre el zurdo Norberto González y el derecho Lázaro Blanco. Los Leones tomaron la ventaja por primera y única vez en toda la serie cuando Alexander Malleta conectó un doble hacia lo profundo del right field.
Yohandry Urgellés anotó desde primera, y Malleta fue puesto out en tercera intentando convertir el doble en triple. En el béisbol no puedes dar nada por sentado, pero las probabilidades de que Malleta fuera safe en tercera eran mínimas.
Los Tigres tenían a los tres mejores outfielders de la liga y probablemente de toda la década: Yoelvis Fis, Luis Robert Jr. y Adolis García. Aquella noche, Abdel Civil fue el titular como left fielder. Robert Jr. era el center fielder, y Adolis jugó en el right. El propio Adolis fue quien recogió la pelota en el callejón del center-right, hizo un tiro perfecto al segunda base Raúl González, quien tiró rápidamente a tercera para poner fuera a Malleta.
Raúl González y el torpedero Yorbis Borroto también conformaban una de las combinaciones defensivas más efectivas de la liga por más de una década. En la entrada siguiente, Rudy Reyes abrió con sencillo al left. El béisbol es un deporte de probabilidades, sin dudas el deporte con más estadísticas y situaciones impredecibles. No podemos asegurar que, si Malleta se quedaba en segunda, habría anotado con el sencillo de Rudy. Pero de lo que sí podemos estar seguros, es que Malleta corrió más riesgo al intentar llegar hasta tercera en esa jugada.
La peor noticia para Industriales fue que esos pequeños detalles como outs claves y corridos de bases desacertados fueron decisivos para Industriales en el Juego 3. En la parte alta del quinto, Raúl González conectó un doble remolcador de dos carreras que puso delante a los Tigres por 2-1.
Dos innings más tarde comenzó la debacle.
Lázaro Blanco caminó intencionalmente a Roel Santos con dos outs. El diestro Yennier Cano fue llamado para relevar a Blanco, y enfrentar al veterano Carlos Tabares. Tabares conectó un sencillo al left, un rodado que llegó con fuerza al left fielder Abdel Civil. El corredor de segunda, Jorge Enrique Alomá, fue enviado al plato, lo que era obvio con dos outs. Civil era el outfielder menos rápido de Ciego de Ávila, pero fildeó el rodado y realizó un tiro certero al plato. Alomá no pudo llegar a tiempo y fue puesto out en home.
Una vez más, los Azules perdían la posibilidad de anotar, cediendo el tercer out de la entrada en un corrido de bases hacia tercera y el plato. Pero el momento más crítico de la historia del Juego 3 se presentó en la parte baja del noveno, cuando Javier Camero golpeó un doble a lo profundo del center field. Desde que vio el batazo, Camero levantó su mano derecha celebrando el momento. Estaba casi seguro que había conseguido un golpe clave contra la bola rápida de Cano. Sin embargo, la combinación de Yoelvis Fis en el center, el segunda base Raúl González y el cátcher Osvaldo Vázquez evitó nuevamente que los Azules empataran el marcador.
Alomá corrió tan rápido como pudo, pero la defensa de Ciego de Ávila ejecutó los pequeños detalles a la perfección. El out “8-4-2” fue inmenso, pero más increíble resultó el final de la jugada. Camero no pudo controlar las emociones del momento y después de pisar segunda se quedó fuera de la base viendo la jugada en el plato. Tal fue la desconcentración de Camero, que el cátcher Osvaldo Vázquez se fue acercando hasta que lo puso fuera entre segunda y tercera. Y, sí, sorprendentemente, el “8-4-2” se convirtió en un “8-4-2-2U”, un doble play que sentenció el juego para los Industriales.
Los Tigres se quedaron celebrando la victoria en el centro del campo después de un final inesperado. El dugout de los Leones se quedaba sin aliento. Alomá y Camero regresaron a la cueva desconcertados. Eran las 10:36 de la noche en el estadio Latinoamericano del municipio del Cerro en La Habana, Cuba, y ni siquiera el Box Score tenía espacio para contar cómo los Tigres acababan de dar el giro a la final tomando ventaja de 3-0.
Lázaro Blanco se apuntó un merecido éxito tras lanzar 6 ⅓ innings donde permitió solo cuatro hits y una carrera. Yennier Cano cubrió el resto de la ruta y se apuntó el juego salvado. Pero lo que recordaremos todos fue la espectacular defensa de los Tigres, con los oportunos tiros del left fielder Abdel Civil, el right fielder Adolis García, el center fielder Yoelvis Fis y el segunda base Raúl González (con dos asistencias claves). Y luego el trabajo del cátcher Osvaldo Vázquez, haciendo el ajuste tras recibir cada tiro para luego poner fuera en el plato par de veces a Alomá.
Ellos realmente salvaron el juego, con una victoria al estilo de aquel equipo de los Tigres que conquistaron tres títulos en la década de 2010.
Ese arte para ejecutar los pequeños detalles sigue siendo la razón por la que los equipos de Ciego de Ávila continúan venciendo a Industriales en playoffs. Han pasado 13 años desde que los Leones ganaron su único juego en playoffs de la Serie Nacional contra los Tigres. Han pasado aquellas generaciones. Ha habido innumerables situaciones en el béisbol cubano. La liga ha bajado considerablemente la calidad. Sin embargo, en el béisbol, las pequeñas cosas siempre serán un desafío para todos. Y esta reedición del playoff entre Industriales y Ciego de Ávila lo ha vuelto a demostrar.
No se trata de los jugadores ni del juego ni de la liga. Se trata de las tendencias históricas en que los equipos de Industriales no han podido vencer a Ciego de Ávila. Se trata de las cosas pequeñas que nunca han podido hacer bien los Leones contra equipos de Ciego de Ávila en postemporadas. En eso estuve pensando todo el tiempo mientras los Tigres conseguían una remontada con rally de cinco carreras en la parte alta del quinto, para tomar el control del juego y vencer por 7-5 este viernes a Industriales.
Los Tigres han puesto la serie 3-0. Escribí sobre cómo dieron el giro en el Juego 1, donde Tailon Sánchez y Fernando De La Paz se combinaron para remolcar nueve de las 10 carreras del equipo—también hubo un error de Roberto Acevedo que costó par de anotaciones. En el Juego 2, la historia no cambió. Industriales comenzó delante por 2-0 en la primera entrada y no anotó carreras en el resto del juego. Fueron ineficientes corriendo las bases y los lanzadores no dejaron de caminar bateadores.

En los dos primeros juegos, el pitcheo de Industriales otorgó 15 caminatas y ponchó a solo cinco oponentes. Ciego de Ávila registró línea ofensiva de .358/.477/.478/.955. El 57% de sus 87 apariciones al plato fueron con corredores en posición anotadora. Era difícil que los lanzadores de Industriales sin ponchar ni permitir rodados pudieran ganar juegos con tantas amenazas y situaciones de clutch.
Así llegamos al Juego 3. Los Leones comenzaron rugiendo hasta tomar ventaja por 5-1 con un jonrón de dos carreras de Yasmany Tomás en la parte baja del cuarto. El manager Dany Miranda recurrió temprano al bullpen tras la corta apertura de 2 ⅓ innings del diestro José Isaías Grandales. Estando en desventaja, Liomil González era la opción más razonable como relevista. González intentó detener a los Leones, pero permitió el jonrón de dos carreras de Tomás, un elevado bestial que golpeó el poste del left field.
Por los Azules, el diestro Hermes González permitió una carrera en las primeras cuatro entradas, un jonrón solitario de Yordanis Samón. Y luego llegó la debacle de los Azules en la parte alta del quinto. Hermes caminó a De La Paz y permitió un doble de Yoasán Guillén. El manager de los Leones, Guillermo Carmona, sintió que era el momento correcto para abrir el bullpen y llamó al diestro Fher Cejas. Rodolexis Moreno, que batalló toda la tarde intentando tocar la pelota, conectó un rodado a segunda que hizo avanzar a los corredores.
Con un out, Ariel Sánchez no pudo atrapar un elevado de sacrificio de Ronaldo Castillo y los Tigres dejaron el escenario preparado para remontar déficit. Un sencillo de Yordanis Samón colocó dos corredores en circulación, y otro sencillo de Frederich Cepeda puso el marcador por 5-4.
Cejas tomó un poco de oxígeno al dominar a Robert Luis Delgado, quien conectó un elevado out al center field. Entonces, llegó la situación clave del juego. Leonelkis Escalante subió al plato contra Fher Cejas.
Escalante llevaba de 11-2 en esta Semifinal. Había dejado de remolcar a los siete corredores que encontró en posición anotadora, incluyendo un rodado para doble play en su turno anterior. Pero esta vez pesó más la experiencia. Fher tiró un changeup en cuenta de 0-2, el pitcheo se quedó flotando en la esquina de afuera. Escalante simplemente buscó un contacto, y alcanzó a golpear una línea hacia la derecha del center fielder Denis Laza—¿Center fielder?, ¡sí!
Cuando el batazo salió, pensé que Laza podría atraparlo. Al parecer, Laza también lo pensó en algún momento mientras giraba hacia su derecha—de hecho, se vio al left fielder Ariel Sánchez sorprendido cuando se percató de que Laza no pudo hacer la jugada. Pero al final no llegó a tiempo y la pelota siguió de viaje hacia lo profundo del center-left. Laza había jugado apenas cuatro de sus 43 juegos como center field en esta temporada. Jugó en 32 innings, solo el 12% del tiempo durante las 264 ⅓ entradas que registra a la defensiva este año.
Carmona intentó buscar la victoria con una alineación más ofensiva. Era lo que realmente necesitaba, pero Ariel y Laza no pudieron resolver un par de jugadas que terminaron siendo decisivas.
El batazo de Escalante se terminó anotando como triple, pero está claro que un center fielder titular con nivel por encima de la media habría tenido mayor probabilidad de alcanzar la pelota. De cualquier manera, la anotación que resaltaba en el resumen del juego fue que los Tigres tomaron ventaja por 6-5.
Ese definitivamente fue el zarpazo mortal.
Industriales no volvió a anotar en el resto del juego. Un magnífico relevo del zurdo Alex Guerra—dominó a 12 oponentes de manera consecutiva—y cierre del diestro Leonardo Moreira completaron la victoria por 7-5 de los Tigres.
Por tercer juego consecutivo en estos playoffs de la Liga Élite Industriales no logró ejecutar los pequeños detalles que definen las victorias de un equipo de béisbol. La apertura de Hermes González no fue suficiente. El relevo de Fher Cejas habría lucido mejor sin dos imprecisiones defensivas. Si los Azules hubieran salido con ventaja del fatídico quinto inning, quizás la presencia del diestro Leodán Reyes—ponchó a cuatro oponentes en dos entradas, incluyendo un ardiente matchups contra Yordanis Samón—se hubiera extendido un inning más.
Para colmo, Yasiel Santoya y Yasmany Tomás agregaron dos jonrones. Industriales ha bateado cinco bambinazos en tres juegos, produciendo el 50% de las carreras (16). Ninguno de ellos ha sido suficiente. Hubiera, quizás, es posible que... Esa ha sido la retórica alrededor de los Azules durante más de 13 años cada vez que enfrentan a Ciego de Ávila.
Así pues, por tercera ocasión la historia del Juego 3 volvió a ser comandada por los Tigres, quienes lograron la octava victoria consecutiva contra equipos de Industriales en postemporadas de Series Nacionales y Ligas Élite. Los Tigres tienen marca de 11-1 contra Industriales en playoffs, y los Azules no ganan desde el Juego 3 de la Gran Final de 2012.
Ahora me pregunto qué habría pasado si mi gran amigo Luis Puente—fue el coach de tercera de Industriales en aquella Final de 2012— no se hubiera arriesgado a enviar al plato a Juan Carlos Torriente. Puente estaba decidido y dio luz verde para Torriente. El tiro del right fielder Rusney Castillo llegó a tiempo, pero el cátcher Lisdey Díaz perdió la pelota cuando fue a tocar a Torriente. El error permitió que los Leones tomaran ventaja por 4-3 aquella noche del 26 de mayo de 2012 en la parte alta del décimo, resurgiendo después de haber pasado ocho entradas debajo en el marcador.
Muchos han sido los héroes de Ciego de Ávila durante su dominio contra Industriales en estos últimos 13 años, pero la gran fórmula del éxito ha estado en hacer efectiva las “cosas pequeñas”.
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