Por Yirsandy Rodríguez
La hazaña ya fue noticia, y probablemente volver a escucharlo no te sorprenda: El zurdo cubano que fue firmado por los Olmecas de Tabasco en la LMB, Yoennis Yera, lanzó un “No-hitter” durante la noche del pasado miércoles ante los Generales de Durango.
¡Ese titular se robó el show entre las actuaciones de los peloteros cubanos en toda la LMB! Y, luego, como suele suceder cuando un lanzador roza la perfección, comenzó el viaje de Yera a la historia del béisbol profesional mexicano, con varios cintillos elogiando su espectacularidad:
—Se convirtió en el séptimo cubano que lanza un “No-no” en la Liga Mexicana, uniéndose a los ilustres Martín Dihigo (1), Manuel García (6), Andrés Ayón (12), Evelio Hernández (13), José Ramón López (14), y Aurelio Monteagudo (31)*.
*Los números junto a los protagonistas cubanos que lanzaron No-hitters en la LMB, se refieren al orden cronológico de los mismos en la historia de la liga. ¡Dihigo lanzó el primero! Y, como ves, el 12do, 13ro y 14to también fueron protagonizados por brazos cubanos, en 1965, 1966 y 1970.
—Rompió una sequía de 43 años sin que un lanzador del Club siguiera los pasos de Roberto Ochoa, quien se apuntó el primer No-hitter del equipo el 1 de julio de 1979, cubriendo cinco entradas. Ochoa logró la hazaña contra El Águila de Veracruz, cuando el Club de Tabasco jugaba con el nombre de Plataneros de Tabasco (1977-1984).
—La victoria de Yera en siete entradas también fue lanzando como home club, y en un éxito por 2-0 al igual que la pizarra final del no-no firmado por Ochoa hace 43 años, el mismo día en que la empresa japonesa Sony presenta el walkman (reproductor de casetes).
Mientras profundizamos en cada uno de esos momentos históricos, podemos apreciar el impacto de la joya de picheo protagonizada por Yera: encabezar titulares con actuaciones épicas junto a inmortales como Martín Dihigo y Andrés Ayón, marca un precedente para toda su carrera en el béisbol. Esa conexión histórica es fantástica, por supuesto, pero aún creo que la gran proeza aquí, sobresale cuando analizamos las líneas de tiempo.
Está claro que un no-hitter a nivel amateur o profesional, sigue siendo una actuación relevante para cualquier lanzador. Eso no tiene discusión, como tampoco lo tendría la pregunta sugerente que me asaltó cuando Yera estaba batallando contra el emergente de los Generales, Santiago González, a un par de outs de completar su no-no: ¿tiene el mismo valor un no-hitter en épocas diferentes? No, por supuesto.
Y esa línea de tiempo es, precisamente, la señal que define el gran trabajo de Yoennis Yera el pasado miércoles en el estadio Ángel Toledo Meza: logró la hazaña del no-no en una de las épocas más difícil para evitar hits en la LMB.
De hecho, las proyecciones de la liga indican que esta temporada de 2022 ha sido uno de los años más dominantes de la ofensiva en la LMB. A decir verdad, no son pocas las condiciones que favorecen el poderío del bateo en la Liga Mexicana de Béisbol: el bote de la pelota, los factores de parque, con condiciones favorables para producir jonrones, son dos de las principales razones que impulsan la voraz consistencia ofensiva presente en casi todos los equipos.
Así que, las noticias del derroche ofensivo en la LMB no son nuevas. A través de la historia, el bateo ha predominado sobre la brillantez del picheo, pero los estándares de este año muestran impresionantes proyecciones: 11 de los 18 equipos en ambas Divisiones (Zona Norte y Zona Sur), están promediando un mínimo de .303 BA, y antes de la jornada de este jueves, 13 line ups registraban al menos un jonrón por partido.
Puedes afirmarlo literalmente: ¡los bates están destrozando el picheo!
Cuando investigué algunos datos históricos de la liga en la LMB, los resultados siguieron siendo alarmantes:
OBP—OPS anuales (2012-2022)
2012: .355 — .789
2013: .362 — .809
2014: .358 — .784
2015: .354 — .772
2016: .347 — .748
2017: .354 — .769
2019: .372 — .848
2021: .361 — .798
2022: .381 — .869
Si seguiste la LMB en 2019, cuando era un misterio encontrar la fórmula para detener el swing de Alonzo Harris*, quien esculpió una temporada de 35-35 en jonrones (39) y bases robadas (45) con los Guerreros de Oaxaca, probablemente recuerdes cuánto se discutió sobre el explosivo rompimiento de la ofensiva.
*Harris anotó 131 carreras y remolcó 117, y estuvo a un doble de completar temporada de 35-35-35, en dobles-jonrones-bases robadas. Además, le faltó un jonrón para entrar en los récords históricos de la LMB con un año de 40-40 en bambinazos y bases robadas.
Después de 1,890 juegos, los bateadores terminaron produciendo .848 OPS y 3.2 HR%. En esta temporada, tres años después, el OPS actual de la liga ha ascendido peligrosamente hasta .869, con una tasa de 3.4 HR% sin precedentes hasta el momento.
Cuando estás siguiendo un juego sin hits ni carreras, lo normal es que no quieres moverte y permanezcas expectante, pero rompí las reglas durante algunos minutos en la noche del pasado miércoles por una buena razón. Ya que hablamos de las líneas de tiempo, me sumergí en la historia de la LMB para encontrar más pepitas sobre la actuación épica del zurdo matancero Yoennis Yera. ¡Cada segundo fue emocionante!
Siendo honesto, cuando Yera ponchó al emergente Santiago González en siete picheos, sentí que nada lo detendría. Era solo una intuición, por supuesto, ¡pero así fue! Antes de terminar mi anotación en una score card emergente con rayas discontinuas a punta de bolígrafo—¡lo importante era anotar esos 21 outs que se convirtieron en leyenda después de una hora y 53 minutos!—, encontré algunas notas comparativas interesantes:
1965: .743 OPS, 4.7 R/G—Era de Andrés Ayón
1979: .692 OPS, 3.9 R/G—Era de Roberto Ochoa
2022: .869 OPS, 6.0 R/G—Era de Yoennis Yera
R/G: Carreras anotadas por partido en la liga.
Bueno, ahí está: ¡las diferencias son hilarantes! Como ves, lanzar un no-hitter en 1965 fue una hazaña más difícil de lograr que, según el potencial de la liga, 34 años después, en 1979. Y, si comparamos los jonrones de 1979 con la frecuencia de esta campaña de 2022, encontramos estas cifras significativas: cuando cerró la jornada del pasado miércoles, este año se habían bateado 384 HRs más (1,400 por 1,016) en 237 juegos menos (1,098 por 1,335).
De acuerdo, los tiempos cambian, y las ligas a veces sufren evoluciones bruscas en su nivel de juego, provocados por varias razones. Sin embargo, hay suficiente evidencia para asegurar que en muy pocas ediciones de la LMB, ha sido tan difícil lanzar un no-hitter como sucede a día de hoy.
Y esa es la principal razón por la que el no-no de Yera toma aún más categoría en la historia de la LMB. Antes de que el zurdo de los Cocodrilos de Matanzas dejara sin oxígeno al line up de los Generales de Durango, se habían lanzado 55 Juegos de Cero Hit, Cero Carreras en la liga durante las últimas cuatro décadas: ¡el 76.3% fueron durante los primeros 20 años, entre 1982 y 2002!
No-hitters en LMB
1982-2002: 42
2003-2022: 14 (agregando el no-no de Yera)
Así que, en especial para la historia de los Olmecas de Tabasco, el picheo del cubano Yoennis Yera será una actuación inolvidable en todos los tiempos. Con los Olmecas (31-27) a 2 ½ juegos de los Pericos de Puebla (34-25), líderes en la División Sur de la LMB este año, las actuaciones dominantes del picheo serán claves en las aspiraciones del plantel dirigido por Pedro Mere.
Obviamente, ni el propio Yera pudo haber imaginado la hazaña que encabezaría después de disparar 84 picheos al pentágono contra Durango en la noche del pasado miércoles. Ningún pícher se mentaliza para lanzar un no-hitter cuando comienza su calentamiento en el bullpen pero, desde el inicio del juego, cada efecto de los lanzamientos de Yera lucían una mezcla bastante difícil para los bateadores de Durango.
De los 21 oponentes que enfrentó Yera, sólo cuatro bateadores pudieron elevar la pelota hasta el outfield. En 10 bolas puestas en juego, Oscar Sanay consiguió el único batazo de línea en toda la noche*, una conexión que devoró el intermedista de Tabasco, Alberto Carreon, para luego convertir la brillante atrapada en double play.
*Yera había abierto ese tercer inning lanzándole un boleto a Carlos Muñoz, y luego Sanay atacó una bola rápida de 87 mph en cuenta de 2-1.
El siguiente turno que disparó las tensiones, fue cuando el noveno bate de Durango, Javier Sánchez, conectó un bounce a la izquierda del cátcher con par de outs en el inicio del sexto inning. Yera bajó rápidamente del montículo, pero el cátcher José Heberto Félix llegó a tiempo para fildear y realizar un tiro preciso a la inicial. En el inicio del séptimo, Yera consiguió su décimo ponche, con el cual elevó su tasa a 24.1%, la tercera más alta entre 28 lanzadores calificados con al menos 50 entradas en esta temporada de la LMB.
Cuando el umpire principal del partido, Luis Ruíz, decretó el playball en la noche del pasado miércoles, Yera subió al montículo con 3.28 de efectividad. Siete innings después de su dominio absoluto contra los Generales de Durango, esta fue la erosión que provocaron los picheos del zurdo matancero entre la élite de los lanzadores en esta campaña de la LMB:
Top-5 de efectividad (lanzadores con al menos 50 innings)
1. Yoennis Yera* (Olmecas de Tabasco): 2.94
2. Junior Guerra (Tecolotes de los Dos Laredos): 3.2
3. Erick Leal (Rieleros de Aguascalientes): 3.59
4. Henderson Álvarez III (Leones de Yucatán): 3.75
5. Wilmer Ríos (Acereros de Monclova): 3.84
*Señala los lanzadores zurdos en el ranking.
¡Sí, sensacional! Pero tiene más crédito aún imponerse contra un line up casi intransitable como el de los Generales de Durango, quienes lideran la liga este año con, no vas a creerlo… ¡.347 de promedio de bateo general! Cuando se trata de golpear y tener éxito, ese promedio nos dice casi todo pero, además, los Generales combinan un OBP de .411 que también encabeza los titulares ofensivos entre ambas Divisiones. Durango ha bateado 737 hits este año, 88 más que los Saraperos de Saltillo, quienes le siguen en el ranking ofensivo con 649.
Dos días antes de cumplirse 43 años desde que Durango admitió el primer no-hitter en la historia de la LMB, una derrota por 2-0 ante Fernando López de los Ángeles de Puebla el 8 de julio de 1979, Yoennis Yera le ofreció a los Olmecas de Tabasco una noche para el recuerdo.
El zurdo matancero dejó su huella a lo grande, demostrando que su brazo puede imponerse y marcar la diferencia dentro del efectivo staff de los Olmecas, quienes se ubican en el tercer puesto de la liga con 4.88 de efectividad. Cuando se elevó la conexión de Aneury Tavarez hacia el jardín central, Yera sabía que había completado la hazaña. Uno de sus compatriotas, el centerfielder Roel Santos, capturó la pelota y, junto a su primo Raico Santos, corrieron a reunirse con Yera alrededor del montículo.
La complexión del poder cubano volvía a impactar positivamente en el destino de los “Verdes”: Roel Santos abrió el final del cuarto con sencillo ante el abridor de los Generales, Ryan Flores. Luego, se robó segunda y tercera, Ramón Hernández recibió un boleto, y el inicialista pinareño, Maikel Serrano, empujó las carreras decisivas para la victoria por 2-0.
El abrazo colectivo quedó para el recuerdo, y las emociones sin dudas seguirán canalizando la inspiración que los Olmecas necesitan para luchar por llegar a los playoffs. La señal de Yoennis Yera parecía un disparo al cielo, celebrando su gema de picheo, en una época donde rozar la perfección se ha hecho prácticamente imposible al nivel de la LMB.
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