64 SNB | Victoria y ofensiva sin precedentes: Artemisa superó a Matanzas y escaló al segundo lugar de la liga
- BaseballdeCuba
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Fue una tarde en el Victoria de Girón donde la línea de scoreboard no mintió. No fue un juego de explosiones repentinas, sino de una presión constante y asfixiante. Fue la historia de un equipo, Artemisa, que conectó la pelota a un ritmo imparable, y de otro, Matanzas, que se ahogó en sus propias oportunidades fallidas.
Los 21 hits de los visitantes no son solo un número: entraron en la historia como la mayor cantidad de hits en un juego contra los Cocodrilos. La marca anterior era de 19 hits, impuesta por los Cazadores ante el pitcheo matancero el miércoles, 26 de abril de 2023, en una victoria por 17-7 en el estadio 26 de julio.
Artemisa no había conectado más de 11 hits en ninguna victoria ante Matanzas en el estadio Victoria de Girón.

Desde el principio, Artemisa dejó clara su intención. En la primera entrada, Dainel López, José Antonio Jiménez y Yansue Moré batearon sencillos consecutivos para marcar la primera carrera. No fue un rally abrumador, sino un aviso: la pelota encontraría los ángulos perfectos. El zurdo Yoennis Yera, abridor de Matanzas, logró escapar del inning con solo una carrera en contra, pero la tormenta se estaba gestando.
Su tarde sería una lucha constante contra la efectividad de una alineación que no daba tregua: Yera permitió hits en 4 ⅔ innings de labor y, ciertamente, tuvo suerte de que le anotaran solo cinco carreras.
Mientras el estelar zurdo de los Cocodrilos luchaba ante los implacables Cazadores, el diestro Alejandro David Hernández, en el montículo para Artemisa, tejía su labor con hilos de escape magistrales. No fue un trabajo dominante en el sentido tradicional, repartió cinco boletos en cinco entradas, pero fue efectivo.
En la cuarta entrada, con un corredor en base debido a un error de Harold Pedroso, Hernández embasó a otro oponente con base por bolas, llenando las almohadillas con sólo uno out. La fanaticada en el estadio contuvo el aliento, esperando ver una reacción de los yumurinos. Pero el lanzador se rehízo, obligando a Luis Ángel Sánchez a batear un rodado inofensivo al campo corto para un out forzado en segunda.
Hernández apagó la amenaza más seria de Matanzas hasta ese momento. Fue un punto de quiebre, un momento en el que la esperanza local se estrelló contra la resiliencia del abridor visitante.
Artemisa, lejos de sentirse amenazada, respondió con la contundencia que Matanzas anhelaba. En la parte alta de la quinta entrada, Jiménez descargó un solitario vuelacercas al jardín derecho para extender la ventaja a 3-0. Fue el golpe de gracia al ya maltrecho Yera. Yansue Moré, quien tuvo una tarde caliente de 4-3 con dos dobles, conectó el segundo de ellos. Luego, Osbel Pacheco lo impulsó con un sencillo, marcando la cuarta carrera. La salida de Yera no detuvo la sangría: Osmel Solano y Harold Pedroso conectaron sencillo y doble respectivamente, y Lázaro Pérez remolcó la quinta carrera con otro cañonazo.
Cuando el inning finalmente terminó, Artemisa había enviado nueve hombres al bate, conectado seis hits. Convirtieron un partido ajustado en una ventaja cómoda de 5-0. La línea de Yera (4.2 EL, 14 H, 5 CL) refleja la paliza recibida.
El único destello de Matanzas llegó en el sexto inning. Con Hernández aún en el juego, Adrián Pérez se embasó con un boleto. Israel Sánchez entró en relevo y, tras ponchar a Estéban Terry, dio otro boleto.
Con dos outs y corredores en primera y segunda, Luis Ángel Sánchez finalmente rompió la sequía local con un sencillo al jardín izquierdo que impulsó a Pérez. Sin embargo, con los corredores en las esquinas, Andrys Pérez fue puesto fuera con elevado al left, dejando a dos hombres en base y la oportunidad de acercarse seriamente en el marcador.
Ese fue el resumen de la ofensiva local en toda la tarde: sin producción y siempre con hombres dejados en base. En total, Matanzas dejó nueve corredores en circulación, incluyendo las bases llenas en la cuarta entrada.
El bullpen de Artemisa, encabezado por Israel Sánchez, fue impenetrable. En cuatro entradas de trabajo, permitió cinco hits, pero cero carreras. Ponchó a cuatro y sofocó cada posibilidad de anotar para los Cocodrilos. Su labor fue el cierre perfecto para el éxito que Hernández había empezado.
Por el contrario, la ofensiva de Artemisa nunca cesó. En la novena entrada, añadieron una carrera de consuelo cuando Osmel Solano conectó un doble y Harold Pedroso, con su tercer doble de la tarde, lo remolcó para sentenciar el 6-1 final.
La historia, más allá del marcador, está en los detalles: los 21 hits de Artemisa, los tres dobles de Pedroso, la combinación del cuarto al séptimo bate en la alineación (Jiménez, Moré, Pacheco, Solano, Pedroso) que se combinaron para 15 de los 21 hits, anotaron cinco de las seis carreras y remolcaron las cinco.
Fue una demostración de fuerza colectiva contra Matanzas (20-6), el mejor equipo de la liga en el primer tercio. Ahora, los Cazadores (16-7) igualaron a las Avispas de Santiago de Cuba, y ambos van a solo 2 ½ juegos detrás de los Cocodrilos. Sabemos que el pitcheo ha sido la fuerza principal de estos Cazadores, pero definitivamente, el “team work” sigue marcando la diferencia.
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