El Leadoff: 'Volver a empezar'...
- Yirsandy Rodríguez Hernández
- 16 sept
- 8 Min. de lectura
Volvemos aquí a tomar un turno y debatir un poco de pelota. Esto es El Leadoff. Acomódese, por favor, estimado lector. No haré swing al primer pitcheo. ¡Aquí vamos!
En el diamante de béisbol, los números siempre cuentan una historia. Y la que narran las estadísticas de este inicio de la 64 Serie Nacional de Béisbol Cubano es la de un desequilibrio monumental. Por un lado, los Cocodrilos de Matanzas, imbatibles, dueños de la mejor marca (9-1) y una maquinaria que aplasta a su paso. Por el otro, los Huracanes de Mayabeque (4-5), un equipo que lucha por encontrar su ritmo y que se topa con el rival más complicado en el peor momento posible.
Este martes, estos dos destinos diametralmente opuestos chocarán. No es solo un juego entre vecinos geográficos; es un examen de fuego para Mayabeque y una prueba de consistencia para la poderosa “banda yumurina”.
El Coloso de Matanzas: Una máquina que comienza a tomar su ritmo
Los Cocodrilos no solo ganan, dominan. Con un récord de 9-1 (.900), lideran la liga por un margen cómodo y han construido su éxito sobre la base de un equipo completo y con el potencial suficiente para volver a la élite de la liga. ¿Marca de 9-1? Sí, no es un error: Matanzas acaba de firmar su mejor inicio de temporada del equipo en la historia. Es cierto, el récord no es absoluto. Los Cocodrilos de Víctor Mesa también iniciaron con marca de 9-1 en la 56 Serie Nacional, el año que ganaron 42 de sus primeros 45 partidos.
Cubrí muchos de esos juegos en el estadio Victoria de Girón. La sensación en toda la temporada regular era que los Cocodrilos serían imbatibles. Ganaron 70 de 90, dejando un impresionante récord nacional. Pero no pudieron vencer a los Alazanes de Granma en siete juegos durante la Semifinal. La historia del Juego 7 fue la peor pesadilla para la fanaticada yumurina: una bochornosa derrota en casa por nocaut 12-2. Para consuelo de los fieles, vale destacar que Granma fue el único equipo capaz de barrer a los Cocodrilos en toda la temporada. Tras la épica remontada, los Alazanes ganaron su primer título en la historia de las Series Nacionales.
Aquel team de los Cocodrilos ganó 18 juegos consecutivos y vio rota su racha en una derrota por 6-5 contra Industriales en el juego 30, el 14 de septiembre de 2016. En el partido siguiente, Matanzas comenzó otra increíble seguidilla que terminó en 19 éxitos. Entre el 21 de agosto y el 5 de noviembre, los Cocodrilos jugaron para marca de 37-1 hasta que cayeron por 3-0 ante Holguín el domingo 6 de noviembre. El diestro Carlos Santiesteban se acreditó los honores tras vencer a Joel Suárez.
Ahora, la diferencia aquí es que esta versión de los Cocodrilos dirigida por Armando Ferrer (está en su sexta temporada consecutiva al mando de Matanzas) ha sido más aplastante en sus primeros 10 juegos. El diferencial de carreras tiene la última palabra:
Registros históricos de Matanzas en los primeros 10 juegos de la temporada en Series Nacionales
Hay un par de puntos interesantes aquí: primero, la ventaja del equipo de este año con +47 en el diferencial de carreras si lo comparamos ante el +36 del equipo que dirigió Víctor Mesa en la temporada 2016-2017. Y, segundo —¿te percataste, no?—, la banda yumurina de este año superó el récord en carreras anotadas, que le pertenecía al equipo dirigido por el legendario manager multi campeón (1990-1991), Gerardo “Sile” Junco en 2002.

La ofensiva: Poder y paciencia
La alineación de Matanzas es una pesadilla para cualquier lanzador en la Serie Nacional a día de hoy. Colectivamente, lideran o están cerca de la cima en las categorías más importantes:
Promedio de bateo (AVE): .320 (2º)
Porcentaje de embasado (OBP): .442 (1º)
Carreras anotadas (C): 83 (2º)
Carreras Impulsadas (CI): 78 (3º)
Bases por bolas (BB): 65 (2º)
Más allá del potencial colectivo, hay que dar crédito al enfoque y la disciplina técnico-táctica de los Cocodrilos. En ese sentido, su ofensiva califica entre las más sólidas de la liga cuando cuentan con todos sus principales bateadores. No se conforman con conectar, quieren hacer daño. El OPS colectivo de los Cocodrilos ascendió a .901, y es el segundo más alto de la liga, una métrica que combina poder y habilidad para embasarse.
Los líderes individuales son bien conocidos, pero su profundidad es lo que preocupa a la oposición:
Yurisbel Gracial (.382/.533/.588) es simplemente uno de los peloteros más completos de la serie. Su OPS de 1.121 es monumental, aunque registra apenas 45 apariciones al plato.
Eduardo Blanco (.429/.535/.714) está teniendo una campaña explosiva, con 3 HR, lidera el lineup con 17 empujadas y un OPS de 1.249.
José Amaury Noroña (.306/.444/.639), el MVP de la pasada campaña, aporta el poder que equilibra el centro de la alineación: tiene 3 cuadrangulares y 16 remolcadas, el segundo registro más alto del equipo.
Andrys Pérez (.226/.405) puede estar bajo en hits, pero su paciencia (10 BB) y poder extra-base (5 2B) lo convierten en un jugador de alto valor ofensivo.
Incluso jugadores como Esteban Terry (.579) y Luis Sánchez (.429) han sido contribuyentes clave. No hay respiro en esta alineación.
El pitcheo: Eficacia y dominio
Si la ofensiva es aterradora, el cuerpo de lanzadores ha mostrado ímpetu. Matanzas posee la segunda mejor efectividad colectiva (PCL) de la liga con 3.68. Su WHIP de 1.66 es sólido y han ponchado a 60 bateadores en 78.1 entradas. Esos han sido puntos interesantes dentro de la ecuación colectiva que ha derivado en ocho victorias consecutivas. Sin embargo, ese resultado fue contra dos alineaciones como las de Ciego de Ávila y Villa Clara, que carecen de sluggers y basan sus estrategias ofensivas en el contacto. Es obvio que debemos dar seguimiento al staff yumurino contra otras alineaciones más robustas.
La clave ha sido la efectividad del bullpen y los abridores para contener a los rivales:
Renner Rivero (2-0, 0.90 PCL en 10.0 IP) ha sido simplemente brillante como abridor o relevista largo.
Yosney García (2-0, 0.87 PCL en 10.1 IP) ha sido una revelación con un control exquisito (solo 1 base por bolas).
Silvio Iturralde (2-0, 0.93 PCL en 9.2 IP) ofrece otra opción dominante desde el bullpen.
Aunque Yoennis Yera (0-0, 6.52 PCL) no ha tenido su mejor inicio, la profundidad del staff ha compensado con creces. Tienen múltiples armas para lanzar en cualquier situación.
La defensa: Casi impecable
Con un porcentaje de fildeo de .980 (solo 7 errores en 10 juegos) y 17 dobles plays ejecutados, Matanzas factura los outs que debe convertir y roba hits de manera consistente.
Estamos apenas entrando a la tercera semana de la temporada regular, pero cabe preguntarse si estos Cocodrilos podrán regresar a la élite. Creo que tienen potencial suficiente para “volver a empezar” el largo camino hacia la ansiada corona nacional.
Los Huracanes de Mayabeque: Buscando la tempestad perdida
El panorama para Mayabeque es más complicado. Con marca negativa (4-5)—debió ser 3-6, pero ganaron el último juego ante Industriales por confiscación— y una ofensiva que ha luchado severamente, necesitan encontrar respuestas lo antes posible.
Las cifras ofensivas de Mayabeque son, sin tapujos, las peores de la liga:
Promedio de bateo (AVE): .217 (Último)
Slugging (SLU): .324 (Último)
Carreras anotadas (C): 25 (Último)
Hits (H): 55 (Último)
Solo el equipo sin victorias, Isla de la Juventud (0-10), tiene números comparables. La falta de producción es un problema sistémico. Solo dos jugadores sobresalen en este mar de mediocridad:
Alexander Pozo es, de lejos, el bateador más productivo. Con .385/.529/.538 (1.067 OPS), 1 triple y 2 dobles, es la única fuente constante de esperanza en esta alineación mientras se espera el despertar de líderes como Denis Laza.
Maikol Barroso (.320/.452/.640) aporta el poder necesario con 2 home runs y un OPS de 1.092, una agradable sorpresa para el manager debutante Osmel Cordero.
Más allá de ellos, el silencio de los bates es ensordecedor. Jugadores clave como Frank Alfonso (.200), Yoasán Guillén (.194) y Dennis Laza (.160, aunque con 9 BB) están muy por debajo de sus capacidades. Si Pozo y Barroso no producen, es difícil ver de dónde saldrán las carreras.
El pitcheo: Un rayo de esperanza
Sorprendentemente, el pitcheo no ha sido el problema principal. De hecho, es la única razón por la que han permanecido en juegos. Mayabeque tiene la cuarta mejor efectividad colectiva (3.61) y un WHIP muy respetable de 1.31. En este punto determinante del control, mi amigo René Espín, nuevo coach de pitcheo del equipo, ha sido clave transmitiendo sus experiencias a las nuevas generaciones.
Algunos nombres han destacado:
Yadián Martínez (1-1, 0.84 PCL en 10.2 IP) como casi siempre, ha sido tan competitivo como extraordinario, permitiendo apenas 10 hits y ponchando a 8.
Luis Miguel Vázquez (1-1, 5.91 PCL) tiene una efectividad inflada, pero su WHIP de 1.41 es manejable.
Albert Valladares (0-1, 3.27 PCL) y Adrián Sosa (1-0, 1.59 PCL en 5.2 IP) van siendo sólidos en sus roles.
El reto para estos lanzadores es la falta de margen de error. Un par de carreras permitidas pueden ser suficientes para sentenciar un juego, dada la anemia ofensiva de su equipo.
La defensa: Competente, aunque…
Con un .969 en promedio de fildeo, los deslices de Mayabeque han provocado estrés. No es la fortaleza de Matanzas, pero pueden mejorar. Hasta el momento, los 9 errores cometidos han costado 6 carreras. El 67% fue fatal. Ahí está el problema.
Claves del enfrentamiento y predicción
La paciencia vs. La desesperación: El lineup de Matanzas es famoso por su disciplina en el plato—han registrado 38 boletos por encima de sus ponches. Forzarán a los lanzadores de Mayabeque a trabajar en cada turno, elevando la cuenta de lanzamientos y buscando el pitcher que puedan atacar. Los abridores de Mayabeque deben encontrar la zona de strike con efectividad y evitar las bases por bolas a toda costa.
¿Quién produce para Mayabeque? La dupla Pozo-Barroso debe llevar el peso de la ofensiva. Si Matanzas los neutraliza con lanzamientos audaces, la responsabilidad recae en los bajos promedios de Alfonso, Laza y Guillen, quienes tendrán que superar su mala racha de manera inmediata.
La Profundidad de los Bullpens: Matanzas tiene una clara ventaja. Su bullpen es más profundo, con múltiples lanzadores dominantes. Si el juego está cerrado en las entradas finales, los Cocodrilos tienen más herramientas para asegurar la victoria.
Todo apunta a una victoria clara de Matanzas. Son superiores en prácticamente todos los aspectos de juego: bateo, pitcheo, defensa, y están en mejor momento. Han jugado con una confianza arrolladora, mientras que Mayabeque busca desesperadamente encontrar su identidad.
Sin embargo, el béisbol siempre guarda espacio para la sorpresa. Si algún abridor de Mayabeque (probablemente Yadián Martínez o Luis Miguel Vázquez) lanza una joya y aparecen los hits clave con hombres en base, podrían invertir el guion. Pero la probabilidad es baja.
Predicción: Matanzas aprovecha su ofensiva explosiva y su sólido pitcheo para liderar la serie 4-1. La presión sobre los lanzadores de Mayabeque será demasiado grande.
Todo apunta a que la actual racha de los Cocodrilos volverá a ser noticia esta semana…
























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