Aún me lo imagino inquieto sobre el montículo, vigilando a los corredores con una mirada sagaz por encima del hombro antes de desatar sus relampagueantes movimientos —abriendo y cerrando el guante— mientras prepara el agarre del siguiente disparo mortal al plato.
Después de incontables momentos bajo presión, el cerrador de los Cazadores de Artemisa, José Ángel García, vio llegar su esperada oportunidad de hacer historia: subió al montículo del estadio Nelson Fernández —precisamente donde comenzó su gloriosa carrera retando bateadores hace poco más de 25 campañas—, para buscar la ansiada marca de rescates que le fue esquiva el año pasado en la Liga Élite del Béisbol Cubano.
La entrada de José Ángel al duelo dominical contra los Huracanes de Mayabeque no se produjo en el habitual contexto situacional que suele enfrentar como cerrador de los Cazadores. En lugar de abrir el inning, su actual manager y ex compañero de equipo por más de dos décadas, Yulieski González, hizo la llamada al bullpen en el inicio de la séptima entrada con dos outs y ventaja por 4-2 en el marcador.*
*Mayabeque y Artemisa se enfrentaban en el segundo juego de una doble cartelera en la jornada dominical, ambos partidos a siete entradas.
García relevó a Israel Sánchez, quien había reemplazado al abridor Juan Luis Hernández en el sexto inning. Sandy William Menocal intentó avivar el ataque de los Huracanes con un doble, pero Osmel Cordero conectó una línea a primera para el último out del juego. Sí, como ha sido tendencia a lo largo de sus 26 temporadas dominando bateadores, el mítico diestro del número “99” preservó la ventaja en el marcador para los Cazadores de Artemisa. Sin embargo, a diferencia de cualquier otro wind up, José Ángel acababa de rubricar una memorable hazaña: se convirtió en el primer lanzador con 300 juegos salvados en la historia de las Series Nacionales del béisbol cubano.
¿300 rescates? Sí, se dice tan fácil, pero definitivamente ha sido un largo camino impulsado por la perseverancia y el amor a la camiseta. Ahora, pensemos por un instante en esto: el ex lanzador de los Piratas de la Isla, Danny Aguilera, salvó 149 juegos en 18 Series Nacionales. Con ocho temporadas más (contando el inicio de esta 63 Serie), García ha superado por ¡151 rescates! a Aguilera, quien se retiró hace solo cuatro campañas. Puedes asegurarlo: no existen contendientes para José Ángel y, probablemente, ningún cerrador logrará algo igual.
En cuanto a la consistencia de José Ángel, es justo señalar que su arribo a los 300 salvamentos no solo se debe a las 26 Series Nacionales que ha jugado. Durante su carrera, en 774 juegos relevados aún conserva un 38% de rescates (juegos salvados por cada relevo), el promedio más alto en la historia. Cuando se trata de efectividad, el porcentaje de salvamentos no es una estadística precisa, pero en el contexto del béisbol cubano dice mucho sobre la consistencia de un cerrador. Se trata más de cómo los cerradores establecidos pudieron extender su contribución por varias temporadas. El ranking tal vez podría sorprenderte, aquí está:
Como ves, hay tres grandes porcentajes aquí: José Ángel lidera con 37%, seguido por dos lanzadores de los Piratas, Héctor Mendoza y Danny Aguilera. Lo que intenta decirnos este porcentaje es simplemente cuál fue la efectividad de rescates en comparación con la cantidad de relevos realizados por estos lanzadores. José Ángel encabeza el ranking porque, además de su consistencia para salvar juegos, ha sido el cerrador más longevo de la historia.
Sí, también podríamos agregar que José Ángel resurgió dentro del staff de lanzadores de los Vaqueros del Habana, lo cual proporcionó una ventaja para obtener oportunidades de salvar. Aun así, su desarrollo fue progresivo, y no dejó de sorprender: salvó al menos 10 juegos en siete de sus 13 temporadas con el Habana, aunque su mayor registro ha sido los 138 salvados que acumula. Mientras escribía esta pieza, reflexionaba junto a mi colega Ray Otero sobre la evolución del juego en cuanto a la especialización del pitcheo en el béisbol cubano.
A mediados de los años noventa, la filosofía de pitcheo comenzó a dar un giro considerable. El manejo de los bullpens se expandió, y cada año fue pulverizándose la tendencia de los lanzadores a completar juegos. Obviamente, mientras menos lanzadores se mentalizaban en cubrir toda la ruta, el trabajo de los relevistas situacionales y los cerradores comenzaba a desarrollarse. Sobre la extinción de los juegos completos, quizás te sorprendas al ver cómo cambiaron los tiempos:
Porcentaje de juegos completos
Década de los 80s: 40.5%
Década de los 90s: 32.3%
Década de los 00s: 13.9%
Década de los 10s: 5.9%
El trance entre la década de los noventa al 2000 resultó el más brusco y, al mismo tiempo, como vimos antes, el período donde irrumpieron los cerradores más exitosos del béisbol cubano. Entre todos ellos, José Ángel García siempre sobresalió como uno de los cerradores más consistentes, trayendo esperanza y diversión al juego, incluso cuando ha estado al borde del abismo sobre la colina. También cabría preguntarse hasta dónde hubiera llegado si sus problemas de comando no lo hubiesen perseguido a lo largo de su carrera. El descontrol fue la única deficiencia que, sin lugar a dudas, atentó contra el rendimiento de José Ángel como cerrador. Aun así, su capacidad para ponchar (registra 8.9 K/9 en su carrera), imponiendo su slider devastadora, ha sido un valor agregado clave en su camino al éxito.
Detrás de Danny Aguilera, quien se ubica en el segundo puesto de todos los tiempos con 149 juegos salvados, hay solo tres relevistas que consiguieron sobrepasar los 100 rescates en su carrera: Duniel Ibarra (124 en 14 temporadas), Yolexis Ulacia (122 en 13 temporadas) y Orestes González (101 en 11 temporadas).
Los otros dos lanzadores que se quedaron cerca de los 100 rescates en el béisbol cubano fueron los diestros Yormani Socarrás (95) y Euclides Rojas (90) en 21 y 13 temporadas, respectivamente. Si seguiste la Serie Nacional cubana desde finales de los años noventa hasta mediados de la década de 2000, debes haber visto lanzar a todo este grupo de cerradores.
Entre los relevistas con un mínimo de 100 juegos salvados, el diestro de Pinar del Río, Orestes González, fue el único en debutar lanzando a inicios de los noventa. “El Bombero de Viñales” debutó con el equipo de Forestales en la temporada 1991-1992, pero el resto de los cerradores del ranking desarrollaron sus respectivas campañas entre 1997 y 2014. El único lanzador que enfrentó otra época fue el legendario relevista de Industriales, Euclides Rojas, a quien podríamos tomar como una de las principales figuras especializadas en el rol de cerrador durante la década de los ochenta e inicios de los noventa.
Con cada out final, José Ángel García no solo ha marcado la diferencia como el legendario guardián de la novena entrada en Series Nacionales: también ha demostrado cuánto se puede lograr con disciplina y pasión por el juego.
No sé hasta dónde José Ángel podrá extender su impresionante registro de juegos salvados. Pero, más allá de las estadísticas, su legado está marcando un capítulo único en la historia del béisbol cubano.
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