Ryan McMahon hizo el mismo intento que llevó a Ezequiel Tovar a abanicar sin suerte: perseguir la desafiante slider del cubano Yariel Rodríguez.
Después de 15 pitcheos, los primeros tres bateadores de los Rockies de Colorado terminaron de vuelta en el dugout, dos de ellos cargando la frustración tras ser puestos out por la vía de los strikes. El asombroso spin rate del slider de Yariel Rodríguez se presentó acechante. Con apenas cinco dosis, provocó una mezcla de conmoción y agonía en los rostros de sus oponentes. La acogida en Rogers Centre fue especial, ante la multitud de 31,472 espectadores. Cada estallido en los radares de StatCast generaba expectativas durante la primera entrada en el debut del diestro camagüeyano.
Un elevado al left, dos ponches, y nueve strikes en 15 pitcheos (de ellos 10 bolas rápidas humeantes que rozaron las 96 mph) se convirtieron en el preludio de una deleitante exhibición de pitcheo. El día esperado llegaba para Yariel Rodríguez, la primera prueba de fuego en el más grande escenario del béisbol. “He estado esperando este momento toda mi vida”, dijo a MLB el talentoso diestro cubano de 27 años, Yariel Rodríguez, a través de un intérprete del club. “Muchos sacrificios, mucho trabajo duro. Fue muy, muy emotivo”.
Después de una electrizante primera entrada, Yariel continuó luciendo su potencial: consiguió su tercer ponche de la tarde ante Brendan Rodgers, tras admitir un doble de Kris Bryant y caminar a Nolan Jones en un turno de siete pitcheos. Luego de dos outs, enfrentando su primera situación con un corredor en posición anotadora, Yariel dominó a Elehuris Montero. Lanzó su 12da slider del inning, donde utilizó 20 pitcheos. Montero terminó conectando un elevado de apenas 72.7 mph al primera base Vladimir Guerrero Jr.
En el inicio de la tercera entrada, Brenton Doyle abrió el ataque de los Rockies bateando un jonrón solitario en cuenta de 2-1. ¿Contra qué pitcheo conectó el elevado a 420 pies por el left field de Rogers Centre? Sí, aplastó una slider de Yariel. Después de mezclar dos bolas rápidas altas y una sinker pegada, Yariel acudió a la slider, su arma letal. Era la 13ra slider de sus últimos 23 pitcheos, lo cual parecía predecible en un conteo favorable para el bateador.
Doyle simplemente fue paciente y esperó.
Sin embargo, creo que el pecado de Yariel no fue confiar en su principal pitcheo rompiente: el desliz estuvo en la localización:
La slider se quedó colgando en lo alto de la zona de strike, donde los bateadores de MLB incrementaron en un 1.2% su tasa de jonrones si comparamos las dos últimas temporadas regulares. En 2023, los bateadores registraron una tasa de jonrones de 3.6% contra todos los pitcheos que no fueron sliders. ¿Contra sliders altas, dentro o fuera de la zona de strike? ¡Golpearon para 4.0 HR%!
El peligro es evidente, y Yariel ya debe estar procesando cuál debería ser el ajuste para ejecutar la mayor cantidad de pitcheos de calidad. De igual manera, está claro lo que puede suceder cuando un pitcheo no cumple el objetivo contra los bateadores de MLB. El cátcher Brian Serven encuadró el pitcheo en el tercio bajo, donde usualmente Doyle conecta el 49% de sus rodados y nunca había conseguido batear un jonrón.
Tres de los siguientes cinco outs que registró Yariel fueron ponches, imponiendo el efecto de sus pitcheos. Cerró la tercera entrada con un rodado para doble play de Tovar, y luego ponchó por segunda vez a McMahon. Abrió el cuarto inning con 53 pitcheos y, aunque admitió dos sencillos, propinó dos strikeouts más. Su actuación con 68 pitcheos en 3 ⅔ innings, donde admitió cuatro hits y ponchó a seis rivales, resultó una inspiradora demostración para los Blue Jays.
Yariel fue sustituido tras propinar el segundo strikeout al séptimo bate de los Rockies, el segunda base Brendan Rodgers. Aunque Colorado intentó atacar y llenó las bases, el relevista diestro Bowden Francis se encargó de cerrar la entrada sin permitir carreras. El cero en ese cuarto capítulo pudo valer el juego, ya que los Blue Jays se impusieron finalmente por 5-3.
“Realmente no podríamos haber pedido mucho más”, dijo el manager de los Azulejos, John Schneider. “Él era eléctrico. Su slider fue genial con mucho swing y fallo. Su bola rápida era genial. Mantuvo la compostura. Ese fue un debut bastante bueno en las Grandes Ligas”.
La personalidad de Yariel Rodríguez volvió a ser uno de los principales atractivos de su actuación monticular, independientemente de la calidad y las proyecciones de sus pitcheos. Para ser su primera presentación en Grandes Ligas, el hecho de registrar 39% de swing fallos de sus oponentes resultó una muestra reveladora. Su bola rápida de cuatro costuras marcó un punto máximo de 97.6 mph, pero su slider se robó todo el show, haciendo abanicar sin suerte a sus rivales en siete de 16 swings (44%).
“No tiene miedo”, dijo Schneider antes del partido. “Cada vez que llegas a este lugar de la forma en que él llegó aquí, con las cosas por las que ha pasado, no tienes mucho miedo”. Eso es bueno. Hace muchas cosas muy bien. Él controla a los corredores, defiende su posición y tiene todas las cosas que buscas en el paquete de un lanzador. Tiene una buena presencia. Me gusta”.
Para Yariel Rodríguez, quien se convirtió en el jugador nacido en Cuba número 388 que debuta en MLB —séptimo que viste el uniforme de los Azulejos de Toronto—, el reto en las Grandes Ligas apenas comienza.*
*Antes de Yariel, los cubanos Lourdes Gurriel Jr. (468 juegos jugados), Yunel Escobar (338), Kendrys Morales (280), José Canseco (151), Aledmys Díaz (130), y Adeiny Hechavarría (41) jugaron para los Blue Jays. Rodríguez también pasó a ser el tercer jugador nacido en Cuba que debuta en las Grandes Ligas con el uniforme de los Azulejos, uniéndose a Lourdes Gurriel Jr. (20 de abril de 2018 en New York) y Adeiny Hechavarría (4 de agosto de 2012 en Oakland). Entre ellos, es el segundo en lanzar por Toronto, después de Kendrys Morales (fue utilizado como lanzador el 20 de mayo de 2018 contra los A’s).
“Lo di todo. ¡Todo!”, dijo Yariel Rodríguez tras vivir la emoción de su esperado debut en MLB. “En mi primera salida, desde la primera entrada, salí a dar lo mejor de mí. La adrenalina estaba altísima, pero di todo. Todo fue muy emotivo”.
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