Por: Yirsandy Rodríguez
Sucedió con Barry Bonds en 2002, Carlos Beltrán en 2004, Albert Pujols en 2011, Pablo Sandoval en 2012, David Ortíz en 2013 y, recientemente, con el cubano Randy Arozarena en 2020. Este año, desde el primer día de las Series Divisionales en la postemporada de las Grandes Ligas, el leftfielder de los Astros de Houston, Yordan Álvarez, parece ser el elegido.
De alguna manera, todos ellos y otros grandes bateadores que se unirían a la conversación, han tenido algo muy en común: durante sus respectivas experiencias en el escenario de los playoffs, remolcaron a sus equipos con rachas imparables en el plato. Y, cuando el swing de un bateador alcanza ese nivel, a veces lo más razonable sería no desafiarlo.
Los Marineros sufrieron los efectos de no poder controlar a Yordan Álvarez en el Juego 1 de la ALDS, y perdieron sorprendentemente después de entrar con ventaja de 7-3 a la octava entrada. Sé que de eso se trata el béisbol de postemporada, un gran desafío de poder vs. poder, ¿no es así? Pero ahora los Marineros han reafirmado que, si hay un reto capaz de generar total atención, es cada secuencia de lanzamiento contra Yordan Álvarez.*
*En caso de que no hayas estado al tanto, aquí estamos para complacerle, estimado lector. He aquí un rápido recordatorio a modo de retrospectiva del Juego 1: El manager de Seattle, Scott Servais, decidió extraer del montículo a su cerrador Paul Sewald en el noveno inning con dos outs, y envió al zurdo Robbie Ray, quien estaba anunciado para abrir el Juego 3 del próximo sábado en T-Mobile Park. Ya debes sospechar el resultado: Yordan detonó un walk-off jonrón bestial que aterrizó a 438 pies por el jardín derecho, y los fanáticos en Minute Maid Park enloquecieron.
Podemos entender cuánta esperanza inspiró a Scott Servais y los Marineros para creer que el brazo de Ray sería el arma letal perfecta, pero, ciertamente, fue un movimiento bien arriesgado. Sewald, acostumbrado a manejar situaciones de presión como cerrador, tenía un interesante historial a su favor: había dominado a Yordan de 7-1 con tres ponches en su carrera. Ray, por su parte, permitió un hit en tres veces al bate, con dos boletos y una marcada insistencia en lanzar pitcheos pegados. Al final, Yordan Álvarez definió sin piedad el duelo de zurdo vs. zurdo.
Bien, adentrémonos en el Juego 2, un interesante duelo entre dos talentosos dominicanos: el zurdo de 28 años, Framber Valdez, y el diestro de 29, Luis Castillo.
Los Astros abrieron delante esta vez, cuando Kyle Tucker calentó una slider de Luis Castillo en cuenta de 0-1, proporcionando un jonrón solitario durante el final de la segunda entrada. Después de dominar a 10 de sus primeros 11 oponentes, los Marineros atacaron al Framber, quien batalló en un tambaleante cuarto inning donde lanzó 26 pitcheos (14 bolas y 12 strikes). Dos entradas más tarde, Héctor Neris rescató a Framber, haciendo roletear a Cal Raleigh, quien entregó el tercer out de la sexta entrada con las bases llenas.
Los Marineros dejaban escapar otra gran probabilidad de anotar y, aun así, estaban ganando por 2-1. Luis Castillo otra vez tenía el control de la situación. Tras el jonrón de Tucker, retiró a 13 de sus siguientes 14 rivales. Ningún bateador parecía llegar a tiempo contra su mezcla de bola rápida subiendo a 98-100 mph, y luego un desagradable changeup a 90.
Castillo repartió cinco ponches en ese lapso entre el segundo y el quinto capítulos, dos ante octavo y noveno bates, Jake Meyers y Martín Maldonado, respectivamente. Y entonces el novato Jeremy Peña subió al plato en el final del sexto con par de outs. Con razón, Yordan Álvarez ha captado nuestra atención cuando se trata de seguir a los Astros, pero Peña merece un gran crédito por los turnos de calidad que ha protagonizado durante todo el año.
En cuenta de 2-1, Jeremy volvió a tener éxito: golpeó un elevado que picó en lo corto del centerfield, entre Julio Rodríguez y el segunda base Adam Frazier. Rodríguez venía bajando a toda velocidad, y se detuvo cuando vio a Frazier hacer el intento por llegar. Desde el montículo, Castillo sabía que había lanzado para obtener ese tercer out, y no quedó satisfecho. Si nos guiamos por las probabilidades de convertirse en un hit, el batazo de Peña tenía un 55% en contra.
No creo que ninguno de nosotros diría que era “fácil de capturar”, pero la incapacidad defensiva de los Marineros le permitió otra visita al plato a Yordan Álvarez, quien habría abierto el séptimo inning con bases limpias.
Final del sexto inning, dos outs, y los Marineros liderando el marcador por diferencia de una carrera, 2-1. ¡Otro gran momento!
Durante los primeros dos enfrentamientos de la tarde contra Yordan Álvarez, Castillo mezcló cinco cambios de velocidad y cuatro bolas rápidas (sinkers y rectas de cuatro costuras), todas sobre las 98 mph. Yordan entregó un rodado manso de 55.7 mph al guante del propio Castillo en el primer inning, y luego bateó elevado al left, con un 90% de probabilidades para ser out.
Ese fue un gran turno ganado por Castillo a base de tres changeups y una bola rápida de 98 mph para rematar, especialmente porque Jeremy Peña abrió esa cuarta entrada con un doble. Entonces, una vez más, llegaba el “juego de la elección”: ¿qué lanzarle a Yordan? ¿Cómo retarlo para evitar otra explosión de su swing?
Castillo tenía un plan, por supuesto: abrió con una bola rápida de 98 mph en la esquina exterior, fuera de la zona de strike, que Yordan golpeó de foul. ¿Qué lanzar en cuenta de 0-1? ¿Cuál sería la siguiente entrega? ¿Otra fastball humeante o lo ideal era mezclar uno de sus devastadores cambios de velocidad?
Siempre que puedo, en algunos juegos de postemporada, comparto información del scouting report con varios amigos para debatir. Y esto era lo obvio: Castillo y los Marineros tenían altas probabilidades de retar a Yordan con una bola rápida. ¿Los argumentos? Castillo lanza su sinker a 98 mph, la bola rápida puede alcanzar más de 100: Yordan, por su parte, bateó de 13-2 y se ponchó cinco veces cuando sus oponentes cerraron el turno al bate con una bola rápida de al menos 98 mph durante la temporada regular. Sus bolas bateadas promediaron 164 pies de distancia recorrida, solo 10 pies más que el promedio de 154 registrado por bateadores calificados con al menos 50 pitcheos recibidos a 98+ mph este año.
Además, cuando se trata de Castillo sobre la colina, puedes esperar cualquier lanzamiento de élite y registros de spin rate hilarantes. Sin embargo, Castillo volvió a elegir su principal arma retadora, una bola rápida que lanzó a 98.3 mph. Era un desafío de poder a poder en el que, obviamente, cualquiera podría fallar. Sin embargo, la elección de desafiar a Yordan imponiendo la velocidad no funcionó, y otro swing voraz del mega slugger cubano hizo detonar la pelota sobre el graderío del jardín izquierdo.
La fanaticada de los Astros, como ocurrió en la novena entrada del pasado martes, se estremeció de emoción mientras Yordan Álvarez recorría las bases en Minute Maid Park. Alrededor del montículo, Luis Castillo se notaba desconcertado. Obviamente, no es para menos. Con un swing, Yordan Álvarez cambió sensacionalmente el pulso del desafío, proporcionando ventaja de 3-2 cuando faltaba solo un tercio de juego.
Aunque aún quedaban posibilidades de remontar, los Marineros parecían derrumbados otra vez. El bullpen de los Astros, como de costumbre, lanzó sin dar margen a errores: Héctor Neris (⅓ inning), Bryan Abreu (⅔) y Rafael Monero (1 ⅓) se combinaron para limitar a Seattle del sexto al octavo.
Con 104 lanzamientos, Luis Castillo se marchaba del montículo tras siete sólidas entradas donde admitió cinco hits (de ellos, un doble y dos jonrones), tres carreras y ponchó a siete oponentes. Sin embargo, a diferencia del Juego 1 en la Wild Card Serie ante los Blue Jays de Toronto, salía en desventaja y sin suficiente apoyo por parte de la ofensiva.
Finalmente, los Astros remataron al supersónico relevista de los Marineros, Andrés Muñoz. Después de dos outs en el final del octavo, Jeremy Peña consiguió una base por bolas tras siete pitcheos, que garantizó un tercer turno al bate con corredor en base para Yordan Álvarez. Lo interesante vino a continuación: al menos por esta vez, Servais y los Marineros finalmente eligieron no retar al slugger cubano. Prefirieron enviarlo a la inicial con base por bolas intencional, evitando otra pesadilla frente a Yordan Álvarez.
La base por bolas intencional fue sólo la sexta en la historia de la postemporada con un corredor en la inicial:
Siendo honesto, creo que los Marineros se demoraron demasiado para tomar esta decisión, haya sido un boleto intencional o no. De más está decir que odio la base por bolas intencional por diferentes razones. La más ineludible, porque le resta emoción y desafío a un juego que, por naturaleza, está creado para deleitarnos con esos momentos.
Ciertamente, habría querido ver a Muñoz lanzando fuego contra Yordan, quien venía de aplastar la sinker de 98 mph lanzada por Castillo. En cambio, reconozco que también fue motivador ver a Alex Bregman entrar al plato buscando una posibilidad de redención. Había producido tres elevados que no sobrepasaron los 260 pies.
Además, no sé si te sucedió: esperaba la oportunidad de apreciar cuán veleidoso podría ser el duelo de la esperanza que promovió Servais con el tardío boleto intencional a Yordan Álvarez. No hubo mucho que esperar: Bregman remató a los Marineros crujiendo una bola rápida de 101.4 mph lanzada por Muñoz, y devolvió una línea bestial de 106.2 mph al rightfield.
Astros 4, Marineros 2… indicaba que se acercaba vertiginosamente el final del Juego 2. Ryan Pressly cerró el noveno por los Astros, completando un dominante paseo del bullpen: 3 ⅓ IP, 14 bateadores enfrentados y un solo hit permitido. Ese único desliz fue una slider al centro de Pressly ante el talentoso novato Julio Rodríguez en cuenta de 1-1, quien conectó un doble a 115.8 mph.*
*Esa fue la bola bateada mejor calificada en todo el juego por StatCast, pero era demasiado tarde, ya que Julio Rodríguez fue limitado de 4-0 antes del noveno.
Los Marineros dejaron a nueve corredores en las almohadillas de Minute Maid Park, y batearon solo de 6-1 con hombres en posición anotadora. No puedes vencer a los Astros sin remolcar carreras y sacar los outs en el momento clave. Al menos en estos dos primeros juegos, Yordan Álvarez ha sido el Aaron Judge de la temporada regular, tras registrar dos jonrones y siete remolcadas.
Con solo un par de swings en el momento clave, Yordan le ha dado ventaja de 2-0 a los Astros de Houston en la ALDS ante Seattle. Obviamente, después de llegar delante al sexto inning en dos juegos consecutivos, ese no ha sido el resultado que esperaban los Marineros. Aun así, Seattle todavía tiene oportunidades para soñar con una remontada.
De alguna manera, han silenciado a José Altuve y a casi todos los bateadores ubicados en la parte baja del lineup. Los principales problemas han llegado contra Jeremy Peña, quien ha sido clave para abrirle paso a Yordan Álvarez con corredores en circulación.
Los Marineros ya saben cuál ha sido el costo del “juego de la elección” contra Air Yordan, así que probablemente no vuelvan a desafiarlo.
(Foto: Yordan Álvarez/GettyImages)
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