—Sin dudas, una vez más, los Cocodrilos de Matanzas se presentan como el equipo a vencer, pero aún tendrán que demostrarlo en los Playoffs.
Los Cocodrilos han discutido el título en las últimas tres temporadas. La primera de ellas fue en la 59 Serie, cuando lograron ganar la corona ante los Toros de Camagüey en el debut como manager de Armando Ferrer.
En las siguientes dos temporadas, el único equipo que ha podido detener a los Cocodrilos han sido los Alazanes de Granma, en ambas ocasiones dirigidos por el legendario manager granmense, Carlos Martí. Sin embargo, en esta primera mitad de la 62 Serie Nacional, los Alazanes de Granma han caído sorprendentemente al último lugar de la tabla de posiciones: están jugando para marca de 14-25, y han perdido seis de sus ocho series de cinco partidos — incluyendo tres derrotas en cuatro desafíos del match que están jugando desde el pasado sábado contra Industriales—.
Con esa proyección, parece bastante difícil que los Alazanes puedan recuperarse, pero si lo hicieran, aún se ven distantes de exhibir la complexión de los equipos que han alzado el título en las últimas dos temporadas. En cambio, Matanzas ha vuelto a lucir una selección que, incluso apoyándose en el potencial de varios jugadores suplentes, ha podido mantenerse en la élite.
Los Cocodrilos cerraron la primera mitad de esta 62 Serie encabezando la liga con marca de 23-16. Han ganado seis de sus ochos enfrentamientos, cinco de ellos por 3-2, y sus únicas dos derrotas contra Mayabeque y Artemisa, también han terminado con una victoria de diferencia. Tras propinar un nocaut por 11-0 este martes en el estadio Victoria de Girón, Matanzas aumentó su racha a cinco victorias en fila, cuatro de ellas ante los Vegueros de Pinar del Río.
El pasado lunes, el diestro Renner Rivero le propinó un “No-hitter” en nueve entradas a los Vegueros y, con los siete ceros que dibujó el zurdo Denis Quesada este martes, ahora los lanzadores de Matanzas suman 16 innings consecutivos sin admitir carreras.
Realmente, el dominio de Renner Rivero no es una sorpresa, ya que ha sido progresivo sobre todo durante las últimas dos temporadas, cuando comenzó a recibir más oportunidades como titular en la rotación de abridores. Sin embargo, la historia del zurdo Denis Quesada, quien tiró la blanqueada de este martes, es un ejemplo de superación. Quesada, de 25 años, comenzó su carrera con el equipo en la 56 Serie Nacional.
Bajo el mando de Víctor Mesa, tuvo algunos momentos destacables como “relevista situacional”, especialmente para enfrentar a bateadores zurdos. En su primera temporada, el descontrol comenzó a ser uno de sus principales retos a superar: arrojó una tasa de 4.4 K/9 y 6.1 BB/9 que lo alejó de obtener más oportunidades, pero, aun así, dejó a los bateadores zurdos en .778 OPS durante 53 enfrentamientos.
Luego, sus siguientes dos años fueron inefectivos: ponchó a un solo bateador zurdo de los 54 que enfrentó, y el OPS permitido ante sus rivales se elevó a .855 y 1.000, en 2017 y 2018, respectivamente. Para la 59 Serie, Quesada probó buscar un lugar en el bullpen de Industriales, pero sus 10 relevos derivaron en otro capítulo de regresión: soportó 1.144 OPS en general, y 1.552 contra los bateadores zurdos.
Un año después, en 2020, Denis regresó a Matanzas. No protagonizó grandes papeles como pieza de bullpen durante las siguientes dos temporadas con los Cocodrilos, combinándose para marca de 1-1, 5.40 ERA en 18 ¹/₃ innings, 15 ponches y 11 bases por bolas.
Entonces, comenzó esta 62 Serie Nacional. Quesada recibió la oportunidad para unirse a la rotación de abridores. De hecho, tras siete aperturas, Denis ha sido uno de los lanzadores más consistentes del equipo: registró este martes su cuarta salida de calidad, para un promedio del 57% por cada salida, superior incluso al 42.8% aportado por lanzadores establecidos en la rotación como Naykel Yoel Cruz y Yamichel Pérez, respectivamente. Mientras Pérez ha estado luchando para dominar—sus oponentes le promedian 12.1 H/9 y .851 OPS—, Quesada ha oxigenado la rotación de los Cocodrilos.
Y ese precisamente es parte del potencial que tiene una vez más en sus manos el manager Armando Ferrer: la posibilidad de que varios de sus jugadores jóvenes y otros con cierta experiencia finalmente aprovechen las oportunidades. Durante los últimos años, Matanzas ha explotado la ventaja de contar con un núcleo de jugadores establecidos y otros que intentan lucir su talento.
Los casos del relevista diestro Naikys Piedra y el inicialista Ronney Muñiz, quizás ahora mismo sean los más prometedores debido a sus herramientas, pero hay otros ejemplos como el novato José de Jesús Prens, quien ha sorprendido ganándose la titularidad, promediando .466 OBP en los primeros 73 viajes por el plato de su carrera.
Junto a varias figuras prometedoras, peloteros de más experiencia en la liga como Ariel Sánchez, Yurisbel Gracial, Aníbal Medina, Yariel Duque y Eduardo Blanco están remolcando al equipo una vez más. Gracial es el líder de los bateadores, promediando un astronómico .444, pero Ariel le sigue los pasos: batea para .430, y va segundo en la liga con .530 OBP. Duque es el líder en remolcadas del equipo con 36, y tiene a Medina (35) detrás, quien produjo un jonrón y cuatro remolcadas en el nocaut de los Cocodrilos este martes.
Eduardo Blanco acumula 25 remolcadas con 50 hits, y Moisés Esquerré tiene 50 carreras producidas en 37 juegos. Esa es parte de la narrativa para explicar cómo los Cocodrilos están promediando colectivamente esta línea de .334/.410/.444, y aún no han contado a tiempo completo con Yadil Mujica y Erisbel Arruebarena.
Lo cierto es que, a mitad de temporada, mientras los equipos van demostrando quiénes están preparados para mantener el nivel de juego hasta el final, Matanzas una vez más encabeza la liga. Ahora, la gran pregunta es si, con los Alazanes en picada, no habrá impedimento para que los Cocodrilos vuelvan a ser los campeones del béisbol cubano.
(Foto: Cocodrilos de Matanzas/Yadrian Rivero)
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