Final I Liga Élite: La tarde de Marcos Ortega
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Final I Liga Élite: La tarde de Marcos Ortega


Portuarios/Foto: Cubasí

Antes de entrar nuevamente en los rallys exorbitantes, la emoción de las remontadas salvajes, los jonrones descomunales, la erosión de los lanzadores abridores y el pitcheo dominante de Marcos Ortega y Miguel Paradelo, permíteme recordar algunos puntos que quizás suenen algo tediosos.



Después de tres juegos y una ventaja de 2-1 para Portuarios en esta Final de la I Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC), habíamos visto la peor oleada de batazos en la historia de cualquier postemporada del béisbol cubano. Con tan solo 268 apariciones en home combinadas y 968 lanzamientos, los bateadores en esta Final han producido línea de .330/.398/.536, con 26 hits, ocho extra bases y casi cuatro jonrones (¡3.6!) como promedio por partido. El 32.4% de los hits han sido extra bases, y en el 44.0% de los extra bases, los bateadores han logrado conectar jonrones—incluyendo el jonrón dentro del terreno de Alexander Pozo en el Juego 3—.


Cada estadística había sido desconcertante: cinco de los seis abridores explotaron antes de completar cinco entradas, y el bullpen vio ascender la efectividad general de 3.62 en la temporada regular hasta 4.72 en esta Final. He aquí las efectividades generales antes de iniciar el Juego 4 este miércoles en el estadio Nelson Fernández, parque con un clima altamente acogedor donde hemos presenciado dos jornadas de Derby de Jonrones:


—Agricultores: 6.75 ERA, 4 HR, .830 OPS permitido.

—Portuarios: 7.07 ERA, 7 HR, 1.039 OPS permitido.


Por supuesto: el aplastante dominio de los bateadores de ambos lineups seguía siendo una amenaza de cara al Juego 4 de esta Final. Sin embargo, cuando analizábamos las posibilidades de cada staff con respecto a sus lanzadores disponibles, parecía fácil pronosticar otro desafío de “indetenible ofensiva”. Agricultores, bajo el mando de Carlos Martí, esperaban que el zurdo mayabequense Yunier Castillo asumiera el reto de abrir y protagonizara una apertura de al menos cinco entradas. Ese era el primer paso clave en el engrane de la rotación titular, para luego intentar mantener alguna ventaja o frenar a Portuarios con las estrategias del bullpen durante los últimos dos tercios del match.


Por su parte, el manager de Portuarios, Michael González, no contaba con sus dos principales relevistas, los diestros Andy Vargas y Marlon Vega, quienes estaban deshabilitados debido al reglamento de pitcheo. Los abridores Yadián Martínez y José Ignacio Bermúdez pasaron a la planificación para el Juego 5, así que a Portuarios les quedaba una sola opción: abrir el Juego 4 con el diestro Pavel Hernández, contando con Marcos Ortega, Pedro Álvarez y Juan Xavier Peñalver como los principales brazos del bullpen.


Bien, aun así, para Michael, la mala noticia era punzante: en dos aperturas contra el equipo de Centrales en la Semifinal, Pavel registró sólo 2 ⅓ innings. Sus rivales le batearon para promedio de .529 (17-9), y quizás no creerás hasta dónde estalló su efectividad (19.29) y el WHIP (4.29).


Sí, es cierto que a Ortega sus 23 oponentes le habían promediado apenas .211 en estos playoffs antes del Juego 4, y no admitió extra bases. Buen augurio, ¿verdad? Pero… he aquí otra nota martirizante en días donde la Teammate-190 ha pasado la mayoría del tiempo en el aire durante esta postemporada: después de cuatro apariciones contra Agricultores en esta campaña, Ortega había sido bombardeado sin piedad. Además, escucha y analiza detenidamente: en 15 ⅓ innings acumulados, se le habían embasado 33 corredores, 23 de ellos por hit, lo cual nos conduce a un delirante promedio de .365.



La peor parte de ese alto promedio permitido, es que seis de los 23 hits soportados por Ortega fueron extra bases (dos dobles e igual número de triples y jonrones). En general, Agricultores le anotó 14 carreras e hizo disparar su efectividad a 7.63 y el WHIP a 2.09. Aun así, Ortega era la segunda opción de Michael en caso de cualquier desliz de Pavel Hernández frente a Agricultores, precisamente lo que sucedió.


Después de un primer inning sin tempestades, con tres outs en fila y apenas 11 pitcheos hacia el pentágono, Agricultores devoró los lanzamientos de Pavel Hernández en la segunda entrada. Luego de un out, la cosecha de Agricultores comenzó con tres dobles consecutivos de Rafael Viñales, Guillermo Avilés y Andrés de La Cruz, todos disfrutando a gusto las bolas rápidas humeantes del espigado diestro capitalino. Pavel arrojó disparos entre 90 y 92 mph, pero no pudo establecer ni su slider ni su changeup, par de pitcheos que le habrían ofrecido un contraste de velocidades y rotaciones menos predecibles.


Aun así, Iván Prieto golpeó otro cohete, pero Denis Laza estaba ubicado a la perfección en el leftfield. Dos outs. Y cuando parecía que Pavel emergía, Alexquemer Sánchez y Yuniesky Larduet le dieron la estocada final*, enviándolo a las duchas. Agricultores rápidamente tomaba las riendas del duelo en busca de un empate 2-2 con fructífero rally de cuatro carreras.


*Un aparte oportuno que no va a los libros: Tras la línea de hit al left de Alexquemer, era evidente que Andrés De La Cruz anotaría desde la intermedia con dos outs. Al final, el tiro de Laza al plato le abrió las puertas de la intermedia a Alexquemer, y la astucia en el corrido de bases del outfielder granmense propició que luego anotara con el sencillo de Larduet al centerfield.


Con el fuego ardiendo otra vez, Michael se decidió por enviar al montículo al diestro Marcos Ortega, quien dominó a Osvaldo Abreu para el último out de esa fatídica segunda entrada. Durante las tres batallas anteriores de esta Final, hemos aprendido que una ventaja de cuatro carreras no ha sido reto alguno para Portuarios. La reacción demoró menos de 10 pitcheos: sencillo de Oscar Valdés y un jonrón de Jorge Enrique Alomá que requirió la revisión en el video, rápidamente pulverizaron la mitad de la ventaja del team visitante, 4-2.


Tras esa rápida respuesta ofensiva, los jugadores de Portuarios hablaron entre inning con Marcos Ortega. Las cámaras de la televisión apenas pudieron captar el diálogo, pero el enfoque era obvio. En una Final donde la ofensiva ha dictado sentencia, el primer paso para subsistir es la concentración del pitcheo y la defensa. Se jugaba sólo el inicio del tercer inning, pero Portuarios necesitaba ese primer cero para frenar el ímpetu de Agricultores, quienes terminaron el Juego 3 anotando carreras en todas las entradas del quinto al noveno.


La primera tanda de ese tercer capítulo no podía ser más retadora. Subían al plato tercero, cuarto y quinto bates: los hermanos Alarcón, Yordanis y Yosvany, y luego Rafael Viñales, quien ha destrozado el pitcheo de Portuarios con seis jonrones y 18 remolcadas en 13 juegos durante toda esta Liga Élite. Sin embargo, Ortega no se amilanó. A pesar de que el trío de bateadores de los Leñadores le había producido para cifra combinada de 12 hits en 23 veces al bate (.522 de promedio), con dos jonrones y siete impulsadas, esta vez los swings estuvieron lejos de producir.


Yordanis entregó un roletazo al short, Yosvany se ponchó y, tras un boleto a Viñales, Guillermo Avilés falló con línea al center. A partir de ese primer cero, Ortega tejió un eficiente ritmo de pitcheo, hasta colgar seis ceros consecutivos con 86 lanzamientos. Una de sus principales claves fue, como dijo, “la compenetración con su cátcher Oscar Valdés, quien de sólo ver un gesto suyo en el montículo es capaz de saber qué lanzamiento quiere tirar”. El otro punto determinante de Marcos, fue su capacidad para dominar al primer bateador del inning, ineficiencia que frenó la posibilidad de que Agricultores armara algún rally. De hecho, tras ocho innings sin embasar al primer bateador, Agricultores anotó su tercera carrera cuando el emergente Dailier Peña abrió el noveno acto con boleto.


Portuarios ganaba el juego por 8-4 en ese inicio del noveno y, a diferencia de Agricultores, sus tres rallys fueron iniciados embasando al primer bateador. En el cuarto, otra reclamación ganada por Michael González, con la ayuda del coach de primera, Enrique Pérez, terminó concediéndole un hit por segunda a Alexander Pozo. Acto seguido, Denis Laza puso de pie a los fanáticos en el estadio Nelson Fernández con un jonrón bestial tras descargar su fuerza ante un pitcheo de su ex compañero Yunier Castillo. Y, dos bateadores después, Yasiel Santoya completó la rebelión del tercer capítulo, haciendo añicos un pecado de Alejandro Meneses.


En la entrada siguiente, Portuarios aprovechó el dominio de Ortega y fabricó dos carreras más. Yasniel González volvió a desaparecer la pelota rumbo a la calle por encima del leftfield, pero antes de crujir el envío del relevista Keniel Ferraz, Lázaro Martínez dio cátedra de inteligencia y destreza en las bases: le ganó el boleto a Ferraz, y luego avanzó un par de almohadillas con los elevados al center de Pozo y Laza.


Extrañamente, el marcador de 8-4 se mantuvo intacto sin anotaciones entre el quinto y el octavo capítulos, bajo el control de Ortega (6 ⅓ IP, 5 H, C, CL, 3 BB, 3 SO) y el zurdo Miguel Paradelo (4 ⅓ IP, 5 H, BB, SO), quien pudo haber sido una primera o segunda opción como relevista para frenar el rally de Portuarios. En el noveno, Carlos Benítez (como emergente) produjo la quinta carrera con sencillo que provocó la salida de Ortega, y Michael envió a la lomita al diestro Juan Xavier Peñalver. Osvaldo Abreu lo recibió con cañonazo al left, Yordanis Alarcón entregó el out 25 en fly al right y su hermano Yosvany le ganó el boleto a Peñalver. ¡Qué momento!


Sí, la historia de las remontadas de Agricultores podía repetirse: Rafael Viñales entraba al plato con las bases llenas, Portuarios ganando por 8-5 y el probable empate de la Final en juego. Sin embargo, esta vez Peñalver impuso su bola rápida y Viñales ni siquiera logró elevar la pelota: bateó un rodado fuerte, perfecto para double play al short. Del resto se encargaron Rangel Ramos con una entrega desde el fondo del infield, y Jorge Enrique Alomá con el pivoteo a la inicial. ¡Fin de la historia! ¡Portuarios se llevó el éxito!


La emoción fue incontenible. Agricultores amenazó al final, pero esta vez la reacción fue tardía. Ninguno de los 14 elevados que batearon pudo viajar más allá de los límites. Sí, era la tarde de Marcos Ortega, y su oportuno relevo fue clave para que Portuarios esté a un éxito del título.


(Foto: Marcos Ortega/Cubasí)

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