64 SNB | Azote de los Leones ante Villa Clara en el Latino
- BaseballdeCuba

- 1 oct
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LA HABANA—Industriales descargó su ofensiva sobre un staff de pitcheo de Villa Clara que se desvaneció sobre el montículo del estadio Latinoamericano.
En el béisbol, las estadísticas a menudo cuentan la historia antes de que se lance la primera bola. Maikel Pérez llegaba con un PCL de 6.00 en 18 entradas. Lenier Abreu cargaba con una astronómica efectividad de 12.00. El bullpen de Villa Clara, como unidad, poseía un PCL colectivo de 6.36. Estas no eran simples cifras; eran presagios. Y en el Estadio Latinoamericano, esos presagios se cumplieron con una precisión devastadora en una demostración de poder ofensivo de Industriales que convirtió un partido en una masacre.
La tarde comenzó con un engañoso destello de esperanza para los visitantes. En la primera entrada, aprovecharon la falta de control inicial del abridor azul Andy Vargas, quien debutó en esta campaña otorgando dos bases por bolas, y un error del tercera base Ángel Hechavarría para anotar dos carreras sin conectar un hit contundente. Pero ese lead efímero duró exactamente tres outs. En la baja del mismo inning, Ariel Hechavarría, un jardinero cuyo OPS de .908 expone su consistencia, respondió con un cuadrangular solitario que silenció cualquier júbilo naranja. Fue el primer acto de una función que ya tenía un guion escrito para la tragedia.

El desmoronamiento comenzó en el tercer inning con Pérez en el montículo. Tras un sencillo y un pelotazo, Ángel Hechavarría impulsó una carrera con un elevado de sacrificio. Luego, con dos hombres en base, Yasiel Santoya, un hombre con cuatro vuelacercas en la temporada, conectó un bambinazo de tres carreras que no solo volteó el marcador, sino que quebró el espíritu del equipo visitante. El bullpen de Villa Clara, esa unidad lastimada, se estremeció en el dugout sabiendo lo que se venía.
Lo que siguió fue un colapso pitagórico de manual. José Carlos Quesada relevó y no pudo retirar a un solo bateador en el cuarto inning, permitiendo tres carreras más, incluyendo un triple de Ariel Hechavarría que completaba de facto el ciclo. Luego llegó el turno de Lenier Abreu, cuyo PCL terminó con un catastrófico 14.14. Su entrada en el quinto inning fue un estudio sobre la pérdida de control: otorgó tres bases por bolas que resultaron en dos carreras para Industriales, casi sin necesidad de un hit. En total, los lanzadores de Villa Clara se combinaron para otorgar ocho boletos. Regalar tantas bases a un equipo que promedia .307 de average es una sentencia de muerte.
En un último y desesperado acto de resistencia, Villa Clara mostró un destello de vida en la parte alta del quinto inning. Aprovechando un error del torpedero Roberto Álvarez y un atronador jonrón de tres carreras de Leonardo Montero, anotaron cuatro rayitas y pusieron el partido 8-6. Por un momento, la sombra de una hazaña se cernió sobre el Latino. Sin embargo, ese fue su último suspiro. Carlos Manuel Cuesta entró desde el bullpen de Industriales y sofocó cualquier esperanza con 2 ⅔ entradas perfectas, un bálsamo de eficacia.
Con el partido aún al alcance, 8-6, el ya mencionado Abreu se desmoronó por completo en la sexta entrada. Industriales envió nueve hombres al plato y anotó cuatro veces, sepultando definitivamente el partido. La ofensiva azul fue un torrente imparable. Los primeros cinco bateadores de la alineación (Roque Tomás, Ariel Hechavarría, Sánchez, Ángel Hechavarría y Santoya) se combinaron para anotar nueve de las catorce carreras y remolcar diez. Ariel Hechavarría estuvo brillante, al conectar sencillo, triple, y cuadrangular, quedándose a un doble del ciclo.
Mientras Industriales agregaba anotaciones a la pizarra, Villa Clara desperdiciaba oportunidades. Dejaron a diez corredores en base. El momento más crítico llegó en la cuarta entrada, cuando los Leopardos tenían corredores en tercera y segunda con dos outs, perdiendo por tres carreras (5-2). Saikel Águila, el noveno bate, se ponchó, y dejó al olvido la oportunidad de comenzar un rally que cambiara el rumbo del juego. Esa incapacidad para capitalizar, sumada al desastre en el montículo, pintó el retrato perfecto de un equipo que lucha por encontrar la consistencia.
Con esta victoria, Industriales (13-5) afirma su tercera posición y extiende su racha ganadora a cinco juegos, consolidándose como un contendiente serio. Villa Clara (5-14), por el contrario, se hunde en el fondo de la tabla, mostrando heridas en su pitcheo que parecen demasiado profundas para sanar en el corto plazo. Esta no fue una derrota; fue una lección sobre las consecuencias de no tener control.

























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